El Arte De La Vida...

todo puede cambiar

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. Carcis~RW
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    No sera que esa persona de que Benja habla....que Cami le recuerda en realidad es ella?
    Siguela estoy re atrapada
     
    Top
    .
  2. yisette
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    sigo intrigada porque benja es asi con cami, espero que no tarde en publicar el siguiente capitulo quiero ver como queda cami con su cambio de look...
     
    Top
    .
  3.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Te tomas una tacita de café con las Abuel@s

    Group
    Abuela Escritora
    Posts
    451
    Escobas
    +36
    Location
    Argentina, Santa Fe

    Status
    Capitulo 5

    Después de estar allí por un tiempo, Debbie finalmente dice que mi cabello está listo y lo lavamos. Me sienta de nuevo en la silla e inicia el proceso de cortarlo.

    Cuanto más corta, más mi estómago comienza a girar. De repente, suspira.

    —Todo terminado. Ahora, te mostraré cómo darle estilo a tu cabello. —Mirando a su lado exclama—: ¡Perfecto! —Agarrando mi mano, dice—: Ven aquí.

    Caminamos unos puestos abajo. El estilista mira hacia arriba.

    —Hola Debbie.

    Debbie sonríe.

    —Tenemos que enseñarle a darle movimiento a sus rizos.

    —Oh, está bien —responde el estilista—. Lo que queremos hacer es tomar de esta cosa y poner un poco en la mano. —Toma una botella plateada y aprieta un poco de pegote en la palma de su mano—. Lo frotas, y luego lo pasas por tu cabello de manera uniforme. —Veo que le hace eso a la señora en el asiento—. Después necesitas hacer crujir tus rizos. Esta crema ayuda a evitar que el rizo se esponje.

    —Ese es uno de mis mayores problemas —afirmo—. Mi cabello es un terrible lío muy rizado.

    —Eso es para lo que son los productos para peinar —dice Debbie—. Te daré lo que necesites. Vamos, te mostraré cómo alisar tu cabello.

    Mirándola, le respondo—: No creía que eso fuera posible.

    —Totalmente posible, vamos.

    Vuelvo y me siento en la silla. Debbie me muestra inmediatamente el gel y lo pone en mi cabello. Entonces me muestra cómo secarlo para obtener algunos de los rizos. Finalmente, dice—: Ahora, es hora de la plancha.

    —¿Cuál plancha?

    Saca un artilugio de apariencia loca.

    —Esta es una plancha. Es tu nueva mejor amiga. Lo que haces es tomar sección por sección y alisarla. Aquí, sólo mira. —Sigo cuidadosamente observo lo que hace. No parece demasiado difícil. Cuando lleva la mitad del cabello, aleja la plancha—. Ahora, esto es poco ortodoxo, pero tendrás que probarlo.

    —Oh —exclamo—. ¿En serio?

    —Tienes que aprender, ¿no? —replica.

    Tomando una respiración profunda, suspiro.

    —Sí.

    —Levántate y ven aquí —ordena suavemente. Así que, me levanto y camino hasta el mostrador—. Ahora, así es como debes fijarlo. No lo pongas demasiado alto. Entonces, estas son las planchas y están muy calientes, por lo que no te quemes. Benja me mataría. Lo más importante es que querrás mantener en movimiento la plancha. Si lo dejas reposar en un lugar se te quemará el cabello.

    —Oh diosito —murmuro.

    Riendo, Debbie dice—: Estarás bien. Entonces, tomas una sección de cabello, pones la plancha en la parte superior y tiras suavemente hacia abajo.

    Esto es realmente vergonzoso. La gente tiene que estar observándonos. Por lo tanto, tomo un mechón de cabello, y tomo la plancha. Hago lo que dice, y lo paso. Mi cabello sale liso al final.

    —¡Hey! —grito—. ¡Lo hice!

    —Eso hiciste. Ahora, sigue adelante.

    Me toma un tiempo, porque lo estoy haciendo muy despacio, pero finalmente termino. No se ve como la parte de Debbie, pero todavía se ve mil veces mejor que mi cabello normalmente.

    —Creo que puedo manejar eso —me río, totalmente feliz.

    —Siéntate y te mostraré cómo voltear los extremos —responde ella, con una gran sonrisa.

    Entonces, lo hago. Cuando finalmente paramos y mi cabello está listo. Mi pecho se tensa.

    —Es muy bonito —prácticamente grito.

    —Tú eres muy bonita —dice Debbie detrás de mí.

    —Nunca pensé que tendría este aspecto —le digo, tratando muy duro de evitar las lágrimas.

    Debbie sonríe.

    —Sólo necesitaba un poco de ayuda. Ahora, ¿quieres que haga tu maquillaje?

    —Nunca he usado ningún maquillaje, como en ningún momento —le respondo, muy seria.

    —Bueno, entonces, tenemos tiempo más que suficiente para enseñarte eso también. Vamos.

    Si mi corazón se hincha más, podría explotar. Caminamos al área de maquillaje y Debbie me sienta en una silla. Miro el espejo.

    —Eso es demasiado abrumador.

    —No vamos a volvernos todas locas en ti. Con tu color, debemos mantenerlo simple y natural. Entonces, nunca te has aplicado maquillaje, ¿nunca has utilizado ningún color?

    Mis ojos se abren.

    —No, pero soy artista, por lo que no puedo creer que sea muy diferente.

    —No, eso es genial —dice Debbie—. Repasemos los fundamentos que necesitas. Tienes una buena piel y un buen tono de piel uniforme, por lo que realmente no necesitas nada fuerte. Si quieres usar algo, puedes utilizar polvo. Es lo que pones primero. —Saca un color y lo extiende suavemente en mi cara—. Después, ponemos la sombra de ojos. Desearás utilizar estos colores por el marron de tus ojos.

    Gimiendo, digo—: Odio el color de mis ojos. Es tan aburrido.

    —No cuando utilizas el maquillaje adecuado. Sólo ten cuidado. — Pone los colores y me da instrucciones de cómo hacerlo. Luego me pone delineador y rímel. Cuando terminamos, Debbie sonríe ampliamente—. ¿Quieres verte?

    —Estoy nerviosa —le respondo.

    —No, te ves hermosa —afirma—. Ven aquí. —Agarrando mi mano, tira de mí hacia el espejo.

    Cuando me miro en él mi corazón se detiene.

    —Esa ni siquiera se parece a mí —jadeo.

    —Sí, lo hace —dice suavemente—. Es la adulta de ti.

    De hecho, me veo... bien... bonita. Tal vez, no bonita como Debbie, pero para mí, me veo bonita. Mi cabello enmarca mi cara ahora. Los extremos van hacia fuera en la parte inferior. Los reflejos hacen que me vea genial. Finalmente me veo como una chica real.

    —Oh —exclama Debbie—. Nos olvidamos de tus labios.

    —No creo que me vea bien con alguna cosa en ellos —replico.

    Agitando la mano, Debbie dice—: Esa es una tontería. Tienes la boca perfecta para el lápiz labial y esas cosas. Aquí nos limitaremos a poner un poco de brillo en ti para comenzar. —Lo saca y lo aplica suavemente.

    De repente, la recepcionista viene caminando detrás de nosotros.

    —Ese chico guapo está de regreso por la clienta.

    —Ya terminamos de todos modos —replica Debbie.

    Dándome la vuelta, miro a la recepcionista. Ella hace una doble comprobación.

    —¡Wow, te ves muy bien! —exclama. De repente, dice—: No es que no lo hicieras antes.

    —No —la interrumpo—. Hay una gran diferencia, no te preocupes.

    Debbie sólo sonríe.

    —Vamos por tus cosas y te llevares con Benja.

    Ahora, estoy nerviosa. Mientras caminamos hasta la parte delantera del salón, mi estómago se aprieta y siento que voy a vomitar. Cuando giramos la esquina, Benja está de espaldas a nosotras.

    —Terminamos —afirma Debbie.

    Benja se da la vuelta y se tambalea un poco.

    —¡Wow, Cami, te ves fantástica!

    Me pregunto si puede verme sonrojar a través del maquillaje.

    —Gracias —le susurro.

    Sonríe y dice—: ¿Te gusta?

    —Me encanta —digo—. Ni siquiera puedo creer que sea la misma persona.

    —Definitivamente eres la misma persona —responde—. Ahora, sal a la calle, para que pueda hacerme cargo de esto.

    Dando un paso adelante, declaro—: Puedo conseguir el dinero de mi madre. No puedo creer que esto no vaya a ser caro.

    —Te lo dije —responde él—. Yo pagaré por ello. Confía en mí, está bien. Ve afuera y espérame.

    —Espera —me dirijo a Debbie—. Muchas gracias. No tienes ni idea de lo que esto significa para mí.

    Se acerca y me abraza.

    —Tienes que venir a verme de nuevo, ¿está bien?

    —Definitivamente —le respondo. Miro a Benja—. ¿Estás seguro de que debería ir afuera?

    —Sí —dice—. Ve, ve, ve.

    Poniendo los ojos en blanco, me dirijo a la puerta. Cuando camino fuera, no veo su motocicleta en ningún lugar. Me pregunto dónde la estacionó. Bueno, espero cerca de la puerta. Un poco después, Benja viene saliendo del salón. Lleva una bolsa.

    —Aquí —dice—. Esto es tuyo. Debbie dice que todo lo que necesitas está aquí.

    Tomo la bolsa y miro dentro. Todo el producto para el cabello que me mostró y el maquillaje que use está en la bolsa.

    —Benja —grito ahogada—. ¡Esto tuvo que haberte costado una fortuna!

    —Eh —responde encogiéndose de hombros—. Todos estamos bien.

    —Tengo que darte algo por esto —demando.

    Sacude la cabeza y articula—: No me darás nada por esto. Tenemos que ir a buscar una plancha ahora. Realmente espero que sepas que en el mundo es eso.

    —Sí —le respondo—. Permíteme detenerme y tratar de conseguir dinero de mi madre.

    Dándome una mirada, Benja suspira.

    —Eso realmente no es necesario.

    —Eres mecánico de motocicletas de medio tiempo, es necesario —le respondo—. Tienes cosas como alquiler y facturas que pagar.

    —Umm —responde, mirando al suelo—. Esas cosas son verdaderas, pero.... no importa. Si sientes la necesidad, podemos volver a tu casa.

    En contra de mi mejor juicio, salto hacia él y le doy un abrazo.

    —Gracias, gracias, no tienes idea de lo que esto significa para mí.

    Ríe, me recoge del suelo y me devuelve el abrazo.

    —Estoy feliz de poder hacerlo. Vamos. Me estoy muriendo de hambre.

    —¿Dónde está tu motocicleta? —le pregunto.

    —Realmente no haría que te pusiera un casco en tu nueva cabeza. Por lo tanto, traje mi auto.

    —Pensé que estaba en el taller.

    Sonriendo, Benja responde—: Estaban resolviendo algunos pequeños problemas. Todo está bien ahora. Está al final de la cuadra. Vamos.

    Caminamos y prácticamente tengo salto en mi paso. De repente, nos acercamos a un auto más viejo. Lo miro.

    —Este es uno de esos... ¿Cómo es que lo llamas, autos potentes?

    —Es mi bebé. Es un GTO 1967. No tienes idea de lo que eso significa ¿eh?

    —No tengo idea —me río.

    Sólo sonríe.

    —Confía en mí. Esta cosa es genial. Es deseado por muchos hombres y sólo es propiedad de unos pocos.

    —Bueno, es bonito —le digo.

    Dándome una sonrisa, responde—: No es bonito, es precioso, igual que tú.

    —Awww, eso es tan dulce.

    —Vamos, entremos. —Benja abre la puerta para mí. Lanzo la mochila y bolso en el asiento y me subo. Es muy hermoso. Incluso puedo apreciar eso.

    Cuando Benja enciende el auto, puedo sentir el ruido del motor. Me río.

    —Se puede sentir el poder detrás de esta cosa.

    —Oh, sólo espera. No tienes ni idea. —Con eso, salimos a la calle.

    Una gran cantidad de cabezas de chicos se giran mientras conducimos al centro.

    —Entonces —le digo—, ¿este es bastante popular?

    —Cuando están en esta buena condición, sí, son muy deseados. Podría poner este en un espectáculo si quiero.

    —¿Por qué no lo haces? —le pregunto.

    Apartando la mirada durante unos segundos, Benja susurra—: Simplemente no.

    Sólo lo miro con cuidado. Por un momento, se ve perdido en su propio pequeño mundo. Cuando nos detenemos en mi casa, veo que mi madre todavía está allí.

    —Espera aquí —insisto firmemente.

    —Quiero conocer a tu mamá —dice Benja, saliendo del auto.

    —¡Benja! ¡No! ¡Por favor, no lo entiendes!

    Viene caminando hacia mí y pone sus manos en mis brazos.

    —Está bien, Cami. Nada me asustará y me hará alejarme. Creo que necesitas a alguien que realmente vea como es tu vida.

    Mi cuerpo está luchando muy duro para no llorar.

    —Por favor, Benja —susurro—. No sé cuán mal este ella hoy. No entiendes.

    De repente, oigo—: ¿Cami?

    Mi corazón se cae a mi estómago, veo a mi madre de pie en el porche.

    —Oh no.
     
    Top
    .
  4. yisette
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    me encanto el capitulo...
     
    Top
    .
  5. Carcis~RW
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Muy lindo capitulo, me gusta esta Camj mas feliz
    Vamos a ver que pasa cuando Benja conozca a su madre
     
    Top
    .
  6. CB?
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Y entonces
    Ahora me intriga saber que ha sucedido con Benja
    Tanta amabilidad me confunde
    Parece tener dinero
    Ummmmm
     
    Top
    .
  7.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    La Abuel@ te presta la escoba

    Group
    Abuela Escritora
    Posts
    1,001
    Escobas
    +52

    Status
    Anonymous
    Uuuy que no la rete, para mi benja esta enamorado de cami, ojala ella se enamore de el, ya quiero yo un novio que me pague un cambio de look jajaja seguila pronto
     
    Top
    .
  8.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Te tomas una tacita de café con las Abuel@s

    Group
    Abuela Escritora
    Posts
    451
    Escobas
    +36
    Location
    Argentina, Santa Fe

    Status
    QUOTE (jes05 @ 7/7/2014, 14:07) 
    Uuuy que no la rete, para mi benja esta enamorado de cami, ojala ella se enamore de el, ya quiero yo un novio que me pague un cambio de look jajaja seguila pronto

    jajajaja yo tambien quiero pero venta agotada
     
    Top
    .
  9.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Te tomas una tacita de café con las Abuel@s

    Group
    Abuela Escritora
    Posts
    451
    Escobas
    +36
    Location
    Argentina, Santa Fe

    Status
    Capitulo 6

    Ella se cruza de brazos.

    —¿Qué hiciste?

    —Hola, soy Benja. —Camina hacia mi madre y estira su mano. Corro rápidamente tras él—. Llevé a Cami a arreglarse el cabello hoy. ¿Acaso no luce bella?

    Veo con horror como mi mamá mira a Benja. De pronto, tiene una sonrisa realmente malvada.

    —¿No eres delicioso? ¿Dijiste que tu nombre es Benja?

    —Sí —responde.

    —Soy la madre de Cami, pero me puedes llamar Sandra. ¿Alguien alguna vez te dijo que tienes ojos hermosos?

    Oh, bien.

    —Mamá, vine a preguntarte si me podías dar algo de dinero.

    —¿Para qué? —pregunta, volviéndose hacia mí.

    Haciendo una mueca, le digo—: Necesito una plancha, y bueno, un secador de cabello y algunos cepillos. Acabo de aprender cómo acomodar mi cabello, pero no tengo nada con qué hacerlo.

    —¿Tu la llevaste a que se arreglara el cabello? —consulta mi mamá, mirando a Benja.

    —Sí, lo hice. Quiero decir, puedo comprarle las cosas. No hay problema —responde.

    Mi madre niega.

    —No, le daré algo de dinero. Creo que debería haber sido la que la llevara.

    —Está bien —le digo—. Me divertí mucho.

    —Bueno, te ves bonita —suspira mi mamá—. ¿Por qué no sólo te doy mi tarjeta de débito? Sabes cuál es el pin.

    Benja se adelanta.

    —Eres más que bienvenida a venir.

    ¡NO! ¡BENJA! Rápidamente tartamudeo:

    —Está bien.

    —Sí... bueno, no, iré al bar... quiero decir, a ver a mis amigos. No estaré en casa hasta muy tarde —dice mi mamá en voz baja.

    —Está bien. Creo que vamos a conseguir algo de comer, también. ¿A menos que quieras que cocine algo? —le pregunto a Benja—. Sólo tendría que ir al supermercado.

    Sonriendo, Benja dice—: No, te ves maravillosa. Tenemos que mostrarte.

    —Creo que necesita que la enseñes —mi mamá se ríe—. Tienes un novio delicioso.

    —Oh —le interrumpo—, no es mí...

    Deteniéndome, Benja dice—: Gracias, pero soy afortunado de tener una hermosa novia.

    —Gracias —le susurro, mirándolo. Sólo me guiña en respuesta.

    —Iré por mi tarjeta de débito —murmura mi madre, mientras camina hacia la puerta principal. Su pie se desliza un poco. Oh no, ya ha estado tomando.

    Corro hacia ella.

    —Mamá, umm, ¿Quieres que te lleve con tus... amigos? Tal vez no debas conducir.

    En un instante, su personalidad cambia.

    —¿Por qué necesitaría un paseo?

    —Mamá —siseo en voz baja—. No puedes manejar así. ¿Qué pasa si te quedas tirada otra vez?

    Al abrir la puerta de un tirón, mi mamá gruñe—: Llamaré un taxi.

    Mi corazón se rompe. Miro a Benja. Sólo puedo imaginar lo que está pensando. Sus ojos se quedan fijos en los míos, y me da una sonrisa suave. Mientras mi mamá entra en la casa, simplemente se acerca a mí. Envolviendo sus brazos alrededor de mí, susurra—: Mira, no me iré a ninguna parte.

    Envolviendo mis brazos alrededor de él, respondo—: Gracias. — Mientras lo dejo ir, digo—: Ella está teniendo un buen día. La mayoría de las veces es mala y desagradable.

    —Bueno, sigamos adelante y terminemos de tener un gran día. No necesitamos pensar en esto.

    —Gracias —suspiro—. Vamos, ella se distrae con facilidad, por lo general por una botella de licor. Es fin de semana. No hay nada que la detenga.

    Al abrir la puerta, paso al interior con Benja justo detrás de mí.

    —Entonces, esta es mi casa —digo, cerrando la puerta—. Hago toda la limpieza, así que si algo está desordenado, lo siento.

    —Quiero ver tu habitación —afirma Benja—. ¿Está arriba? —Empieza a caminar hacia las escaleras.

    —¿Por qué te gustaría ver mi habitación? —pregunto, esquivando delante de él para cerrarle el paso.

    Sigue caminando, empujándome hacia la escalera.

    —Porque somos amigos ahora, y los amigos tienen que ver la vida del otro. Yo te mostraré la mío, si me muestras la tuyo.

    —¿¡Qué!? —jadeo.

    —Te mostraré mi apartamento, si me muestras tu habitación —dice él riendo.

    Tratando de mantenerlo quieto, le digo:

    —No.

    De repente, me levanta y me lanza por encima del hombro.

    —Sí.

    —Benja —Trato de no gritar tan fuerte.

    Se ríe y sólo sube los escalones. Me va a dejar caer. Me voy a morir. Voy a caer por las escaleras y a morir.

    —¿Qué puerta es? —pregunta Benja, mientras por fin llegamos a la cima.

    —¡Suéltame! —exijo.

    Entonces, lo hace.

    —¿Cuál es?

    —Ésta —suspiro, haciendo un gesto hacia la puerta detrás de él—. Nadie ha estado en mi habitación desde que tenía 13. No esperaba compañía.

    —Está bien —dice Benja—. Espera a que veas mi apartamento. Parece que nadie ha estado allí en 13 años. Tengo que limpiar, pero siempre parezco desviarme.

    Eso me hace sonreír.

    —Pero recuerda, te debo una. Entonces, tengo que limpiar.

    Poniendo una sonrisa muy retorcida en su rostro, Benja ríe.

    —Es correcto. Oh, tienes las manos llenas.

    Sacudo la cabeza y abro la puerta de mi dormitorio. Un nudo de nerviosismo se encuentra en mi estómago.

    —Así que, este es mi arte.

    —Oh… mi... Dios... Cami. Esto es... simplemente increíble.

    Benja se acerca a la primera pared. Todas y cada una de mis paredes están cubiertas con mi arte. Mis mejores piezas están enmarcadas. El resto son collages. Con cuidado, mira cada cuadro.

    —Te haré una promesa —susurra Benja.

    —¿Cuál? —pregunto, acercándome a él.

    Volviéndose para mirarme, Benja dice—: Haré todo lo posible en mi poder, para asegurarme de que vayas a la escuela por esto. Lo digo en serio.

    —Ojalá —le respondo—. Ese sería un sueño hecho realidad.

    —Llegaremos hasta allí, incluso si tengo que vender algunos de mis órganos.

    Eso me hace reír.

    —Sólo si son órganos buenos.

    Benja sonríe. Se vuelve para mirar las piezas enmarcadas.

    —Podría pasar el resto de la noche mirando tu trabajo. Diría que deberíamos conseguir una botella de vino y hacer precisamente eso, pero por desgracia, sigues siendo sólo una niña.

    Le doy una palmada en el hombro.

    —¡Soy sólo tres años más joven que tú!

    —Sí, lo sé —se ríe—. Todavía tienes mucho que aprender, saltamontes.

    Estrechando los ojos, tengo que preguntar.

    —¿Es así como me ves? ¿Cómo una niña?

    —¿Qué? —responde, volviéndose para mirarme.

    —Nada —le digo, sacudiendo la cabeza. Señalando el cuadro junto a Benja, le digo—: Esta es mi pieza favorita. Ella era la viejita con la que era voluntaria. Bueno, déjame retroceder, hace un año me presenté como voluntaria en un centro de cuidados paliativos. Se llamaba Rita. Era la ancianita más dulce, y tenía las mejores historias que contar de su vida. La cosa es que su familia no tenía nada que ver con ella. Estaba sola y muriendo. Me rompió el corazón. Nos hicimos muy buenas amigas. Me quedé con ella y estuve realmente allí cuando murió. De lo contrario, habría estado sola. No pude ser voluntaria más después de eso. Era lo más parecido que tuve a una abuela. No fue por tanto tiempo, pero dejó una gran huella en mí.

    Benja ve con mucho cuidado el dibujo.

    —Es muy difícil ver que alguien muera.

    —Lo es —le respondo—. Especialmente cuando es alguien tan inocente, dulce y una persona buena. Casi parece mal.

    De pronto, enderezándose, Benja toma una respiración fuerte.

    —Sí, la muerte puede ser... muy injusta.

    —¿Alguna vez perdiste a alguien? —pregunto.

    Pasando esquivándome para ver más de mi arte, Benja no dice nada por un minuto. Finalmente, responde en voz baja—: Creo que todos hemos perdido a alguien en algún punto.

    De repente, la puerta se abre.

    —Esta es la primera vez que he tenido que preocuparme por un chico en tu habitación.

    Nos volvemos para ver a mi madre. Tiene una copa en una mano y su tarjeta de débito en la otra.

    —Benja sólo está viendo mi trabajo —le digo.

    —Bueno, aun así, creo que es hora de que hablemos sobre control de natalidad.

    Oh, Señor, ¡ten misericordia de mí!

    —¡Mamá! —grito—. ¡No digas cosas como esa delante de la gente!

    Benja resopla detrás de mí.

    —Señora, no tiene que preocuparse por esas cosas.

    —Entonces, ¿le estás proporcionando protección? —Mi mamá difama un poco—. Será mejor que lo estés haciendo.

    Me voy a morir.

    —Mamá, no estamos teniendo sexo. No seas ridícula.

    —Miro la televisión. ¡Sé lo que pasa en estos días, todas esas personas de su edad siendo promiscuas!

    —Mamá —siseo bruscamente—. Soy virgen, así que no hay nada de lo que necesites preocuparte.

    Empuja hacia adelante la tarjeta de débito.

    —Aquí, consigue lo que quieres. Debes comprar ropa nueva, también, para que acompañen a tu cabello.

    —Estamos planeando hacer eso el próximo fin de semana —responde Benja amablemente.

    Asintiendo, mi madre murmura—: Bueno, iré al bar ahora.

    —¡Diviértete! —digo con sarcasmo, pero pasa completamente desapercibido para ella. Volviéndome hacia Benja, exclamo—: ¡Lo siento por mi madre!

    Benja se ríe.

    —Está bien.

    —No está bien —suelto—. ¿Cuán más horriblemente avergonzada podría estar?

    —Podría habernos dicho que fuéramos a comprar algunos anticonceptivos.

    Mis ojos casi explotan.

    —Probablemente me habría muerto.

    —Deberías utilizar protección siempre —dice, con una gran sonrisa

    —¡Benja! ¡Cállate!

    Eso lo hace reír aún más.

    —Esto hace mi día.

    —Me alegro de que te resulte tan gracioso —murmuro.

    —Relájate, al menos no nos dio la charla. —Solo lo miro con una mirada en blanco. Estrechando los ojos, pregunta—: Tuvo esa conversación contigo ¿no?

    Mi cara se calienta de rubor.

    —Uf, más o menos, hemos tenido algunas conversaciones extrañas, mientras está borracha.

    Con una enorme sonrisa en su rostro, Benja pregunta—: ¿Tengo que hablar contigo al respecto?

    —¡No! —prácticamente grito—. En verdad necesitamos cambiar de tema.

    —¡Pero esto es tan divertido!

    Lo miro y articulo fuertemente.

    —No, no lo es.

    —Bueno, si alguna vez tienes alguna pregunta, no dudes en hacerla.

    Ahora, realmente quiero estar en otra parte.

    —¡Nunca te preguntaría acerca de ESO!

    Inclinándose hacia adelante, dice.

    —Se llama ssseeeexxxxooooo.

    Eso hace que me tape la cara con las manos.

    —¡Se llama cállate!

    Benja sigue riendo, pero va a la última pared con mi arte.

    —Eres una artista increíble.

    —Gracias —digo, agradecida por el cambio de tema—. ¡Oh! Eso me recuerda. Te hice algo. —Bajo mi mochila y la abro.

    —Oh, oh, oh, ¿está hecho de macarrones? —bromea Benja vertiginosamente.

    —Ahora no lo tendrás —me río—. Te burlaste de mis macarrones

    Acercándose a mí, Benja réplica.

    —Me encanta el arte con macarrones.

    —Bueno, entonces te sentirás decepcionado. —Saco el dibujo—. Lo diseñe para ti, haces que se vea bien, y bueno, hice la moto lo mejor que puede. Por lo tanto, no es la mejor. —Con cuidado, se lo entrego a Benja.

    —Cami —susurra en voz baja—, esto es fantástico. ¿Lo hiciste anoche?

    Asiento y le respondo.

    —Sí. —Me acerco a mirar por encima del hombro—. ¿Te gusta?

    Miro a Benja verlo. Es un boceto de él sentado en su moto, junto al claro.

    —Me siento privilegiado de que me hayas dibujado. Lo enmarcaré y pondré en mi sala de estar.

    —Oh, no —suspiro—. Tendrás personas allí y luego la verán.

    —¿No es ese el punto del arte? —pregunta, mirándome.

    Mis ojos se apartan rápidamente.

    —Sí, pero realmente no le he mostrado mi trabajo a las personas.

    —¿Este es mío? Me lo darás, ¿verdad?

    —Sí —respondo—. ¿Por qué?

    Acercándose a mí, él susurra.

    —Pondré esto en mi apartamento, y lo mostraré con orgullo. Es hermoso. Necesitas mostrarle a la gente tu arte.

    Levanto la vista hacia él.

    —¿Somos amigos, como verdaderos amigos?

    —Oh, sí. Totalmente —responde serio.

    —Pues bien, estoy feliz de que hayas venido a mi vida. Me haces sentir mucho mejor conmigo misma, y me alegro de que pueda compartir la mejor parte de quien soy contigo. Eres la primera persona que realmente ve mi arte.

    Con una sonrisa, Benja responde.

    —Soy más privilegiado.

    Eso me hace feliz. Él me hace feliz.

    —Bueno, tenemos que irnos. Estoy comenzando a tener hambre.

    —Gracias por el regalo.

    Niego.

    —No es nada, hiciste tanto por mí. —Mirando hacia él, le digo—: Todavía no sé por qué.

    —Bueno, quería ayudar, pero ahora, me gustaría ser tu amigo.

    Benja se detiene.

    —Eres una chica genial. No entiendo por qué no tienes más amigos.

    Me encojo de hombros, y respondo.

    —No tengo ninguna autoestima y soy muy tímida.

    —Haremos que superes eso. Vamos, vamos, ¿A menos que quieras hablarle a tu madre más sobre ESO?

    —No dejarás ir eso, ¿verdad? —pregunto.

    Moviendo las cejas, Benja responde.

    —¡No!

    —Vamos —murmuro, agarrando su mano y tirando de él a través de la puerta.

    —Espera —dice Benja, tirando de mí hasta el tope. —Me acabo de dar cuenta al mirar esta foto. Este tipo en tus bocetos, es Feli.

    Mi mano se acerca para cubrir mi cara.

    —Tenía la esperanza de que no lo notaras.

    —¿Realmente te gusta tanto?

    ¿Lo hago?

    —Es como... el único hombre con el que he tenido un flechazo. Apenas lo conozco. Es tan lindo y muy bueno por lo que he oído.

    Benja mira de cerca la foto.

    —Tu foto se ve mejor de lo que él se ve en persona.

    —¡Benja! —lo castigo.

    —¿Qué? —ríe—. Si quieres, trato de conseguirle una cita con él.

    Cruzando los brazos, pregunto.

    —¿Cómo vas a hacer eso?

    —Haciéndote algo que él realmente quiera —réplica Benja—. Él debe quererte por quien eres, pero si realmente deseas conseguir una cita con él, entonces te ayudaré.

    —Ahora, eso sería genial. Sería un total cliché.

    Con una mirada burlona, Benja dice.

    —¿Por qué?

    —La chica tonta consigue al chico guapo. Estoy en mi propia película.

    Una carcajada sale de Benja. —¿Soy la hada madrina?

    —¡Sí! —le grito, aplaudiendo con las manos—. Mira, ahí es donde no es una película. Las hadas madrinas no son por lo general chicos calientes —río.

    Arqueando la ceja, Benja consigue una sonrisa desviada.

    —Entonces, ¿crees que soy caliente?

    Al instante, mi cara se pone de color rojo.

    —¡Cierra la boca! Dios, qué manera de arruinar un momento.

    Benja me agarra rápidamente en sus brazos.

    —Estoy más que feliz de ser tu dios caliente hada padrino.

    —¡Bájame! —me río—. Vamos.
     
    Top
    .
  10. Carcis~RW
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Que divertido el capitulo...la conversacion con la madre, luego con Benja....quiero saber porque Benja hace lo que hace alfuna razon debe haber .
    Por lo visto alguien se le murio....y tal vez Cami le hace recordar a esa persona???
     
    Top
    .
  11. yisette
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Me encanto y sigo creyendo que benja le gusta cami y estoy intrigada aquien le recuerda cami,..
     
    Top
    .
  12.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Te tomas una tacita de café con las Abuel@s

    Group
    Staff Abuelas Traductoras
    Posts
    269
    Escobas
    +37
    Location
    republica dominicana

    Status
    Me encanta. Benja es tan bueno y tierno que en verdad hace pensar que el gusta de cami
     
    Top
    .
  13.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Horneas galletas con la Abuel@

    Group
    Abuela Lectora
    Posts
    656
    Escobas
    +39
    Location
    Madrid, España

    Status
    vale ya me he enganchado, me encanta como es Benja, creo que a él le pasó lo mismo que a Cami, tambien puede ser que el haya sido uno de esos chicos malos y quien sabe.. jajaja como sea, quiero saber que más va a pasar!! bss!!
    Web
     
    Top
    .
  14.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Te tomas una tacita de café con las Abuel@s

    Group
    Abuela Escritora
    Posts
    451
    Escobas
    +36
    Location
    Argentina, Santa Fe

    Status
    Gracias chicas por sus comentarios y quiero pedirles perdon por si algunas cosas que escribo en castellano perdon...

    Capitulo 7

    Caminamos a través de la tienda burlándonos uno del otro.

    —¿Dónde vamos a conseguir estas cosas? —pregunta Benja.

    —¿Tal vez en salud y belleza? No tengo idea —respondo.

    —¡Oh! —dice Benja—. ¡Espera, necesitamos ir por este pasillo!

    Miro y rápidamente doy un paso atrás.

    —¡No!

    —¡Sí, tu madre dijo eso! —Benja pone sus brazos a mí alrededor y empieza a empujarme por el pasillo de anticonceptivos.

    Riendo grito—: ¡Benja, déjame ir!

    —No, creo que tenemos que pasar por esto.

    Sin poder salirme de su agarre, trato de patear su pie. Y solo me levanta en el aire.

    —¡Déjame ir, idiota!

    Finalmente me baja y me sostiene en mi lugar.

    —Estoy tratando muy duro de avergonzarte.

    —¿No crees que hago un buen trabajo por mi misma? —pregunto.

    —Nah, necesitas mi ayuda.

    Girando, salgo de su agarre y camino de vuelta por el pasillo.

    De pronto, estoy de cara con Feli.

    —Oh —tartamudeo—. Hola.

    —Hey —responde lentamente. Sus ojos observando a Benja. Quien está, por supuesto, parado al lado de los condones. Lo voy a matar. Feli me mira.

    —Le hiciste algo diferente a tu cabello.

    —Oh —digo, poniendo la mano en mi cabeza—. Sí, lo hice hoy.

    Benja viene detrás de mí.

    —Creo que luce preciosa, no es que no fuera bonita antes.

    Con un cabeceo, Feli dice—: No, luce bien. —La esquina de su boca se tuerce en una sonrisa.
    —Bueno —interviene Benja—. Necesitamos ir por unas cosas.¿Quieres que agarre algo, Cami?

    Voy a golpearlo. Voy a golpearlo y luego morirá.

    —No —siseo.

    Se ríe y dice—: Está biiiieeeennnn.

    Los ojos de Feli se abren y solo me mira.

    —Tu cabello quedo realmente bien.

    —Gracias —respondo tímidamente, sonrojándome.

    —Vamos, cariño —dice Benja, tomando mi mano—. Tenemos que comprar otras cosas.

    Empieza a empujarme pasando a Feli.

    —Te veo luego —tartamudeo hacia Feli.

    —Adiós —responde, saludando con la mano.

    Cuando estamos lo suficientemente lejos, giro hacia Benja y susurro severamente.

    —¿Cómo se supone que tendré una cita con él si siempre nos interrumpes cuando hablamos?

    —Quieres lo que no puedes tener —responde Benja seriamente—. Si te arrojas a él, te convertirás en una desesperada. Si piensa que tiene que trabajar por ti, entonces es un reto. Confía en mí en esto.

    —¿Tienes muchas citas? —pregunto.

    Una enorme sonrisa aparece en el rostro de Benja. Se gira para mirarme con un brillo en sus ojos azulados.

    —¿Depende de lo que quieras decir con muchas?

    —Como, ¿qué tanto tienes citas?

    Encogiéndose de hombros, responde.

    —De una vez a la semana, a veces dos.

    —Oh —chillo—. ¿Estoy parándote de tener una cita esta semana? Puedes ir donde alguien más, si quieres. Quiero decir, hicimos suficiente por hoy.

    —No, no necesito una cita, te tengo a ti. Ha sido un largo tiempo desde que tengo una chica… bueno, amiga. Es genial.

    Eso me hace sonreír.

    —Es genial tenerte como amigo, también. Sería bueno tenerte para que me aconsejes si decido empezar a salir. Nunca he estado en una antes.

    —Bueno, te daré paso por paso entonces —Ríe—. Y te llamaré a media cita y preguntaré cómo está yendo. Si va mal, puedes pretender que tu casa se quema e irte.

    Me río histéricamente.

    —¿Las personas realmente hacen eso?

    —Estarías sorprendida por las excusas que he tenido que dar para salir de una mal cita.

    —Benja —lo regaño—. ¡Eso es horrible!

    Poniendo una mirada de sorpresa, chasquea.

    —Las chicas lo hacen todo el tiempo, y está bien. Un chico lo hace y somos catalogados como idiotas.

    Hmmmmm.

    —Sí, pero los papeles se invierte en eso, también. Un chico duerme con un montón de chicas y está bien. Una chica duerme con un montón de chicos y es catalogada como una puta.

    —Ok, si un chico duerme con un montón de chicas, es un puto.

    —Así que… —digo lentamente—. ¿Tú no duermes con todo el mundo?

    Benja estrecha sus ojos, su expresión no tiene precio.

    —¿Realmente quieres hablar acerca de mi vida sexual?

    Rápidamente, sacudiendo mi cabeza, digo—: ¡No, lo siento! Olvida que dije eso. —Cubro mi rostro—. Algunas veces, digo lo que está en mi cabeza y no lo pienso.

    —Te lo dije, si tienes curiosidad acerca del asunto, puedes preguntarme lo que sea.

    Instantáneamente gimo.

    —No, por favor, solo olvida que dije algo.

    Obviamente, sin ser capaz de mantener la compostura, Benja explota en risas.

    —La respuesta es no. Normalmente no duermo con todo el mundo.

    —¿Por qué el tema sigue surgiendo? Esto es ridículo. ¡No más charla de sexo! —articulo fuertemente, gesticulando con mis manos.

    Cuando levanto la mirada, veo una señora mayor frunciéndome el ceño. Oh, genial. Le doy una débil sonrisa. Aparta la mirada y camina con arrogancia pasándonos.

    —Está bien, bueno, creo que tus cosas están al final de este pasillo — dice Benja, señalando el pasillo a la derecha de nosotros. Doblamos y veo las planchas de inmediatamente.

    —Bien, necesito un secador, una plancha y algunos cepillos.

    Tomando una plancha del estante, Benja grita—: Eso luce peligroso y posiblemente doloroso.

    —Sí, bueno, lo necesito —digo.

    —Creo que deberías comprar esta —dice, sosteniendo una plancha—. Es rosa.

    Luciendo molesta, pregunto—: ¿Luzco como una chica rosa?

    —Hmmmmm, tal vez no —responde, poniéndola en su lugar—. Oh, ¿qué hay de este?, es un rizador.

    —¿Qué es un rizador?

    Benja apunta a la pintura.

    —Eso es, creo.

    —Probablemente sería un desastre si lo intento —respondo—. Solo necesito una plancha normal. —Mirando todas las demás, tomo una y leo detrás.

    —Hey, quiero esta. Seca y alisa. Eso elimina toda una etapa.

    Tomándola de mí, Benja lo lee con cuidado.

    —¿Debbie sugirió está?

    —No —respondo—. Pero, vamos. Así no tengo que secar mi cabello.

    —Digo…. Tomaremos este, una plancha normal y un secador. Entonces, tienes todo y algo de respaldo.

    Bufo.

    —¿Quién iba a saber que arreglar tu pelo requiere todo un arsenal de artefactos?

    —Oh, necesitas tener esta secadora —exclama Benja. Él toma una y me la muestra—. Tiene una calavera en ella.

    —Magnifico —respondo—. Mi secador malo.

    La risa de Benja es hilarante.

    —Cada chica debería tener uno de estos.

    —Entonces ese es el que compraré. —Mirando de nuevo las planchas, tomo una que es plana—. Listo, ahora necesito dos cepillos diferentes y terminamos.

    Benja se gira y camina por el pasillo. Lo veo y entonces me atrapo a mi misma mirando su trasero. Sacudiendo mi cabeza mortificada, hago que mis ojos miren a otro lado. ¡En serio Cami! No siendo capaz de evitarlo. Vuelvo a mirar.

    Entonces como si lo sintiera, Benja se da la vuelta y me mira.

    —¿Vienes?

    —Sí —farfullo. Mi rostro caliente y oro para que no me vea sonrojada. Esta vez me aseguro de que mis ojos miren el suelo. Cuando estoy a su lado, él solo me mira.

    —¿Estás bien?

    —Hmmmmm —murmuro—. Consigamos los cepillos.

    Se encoge de hombros.

    —Está bien.

    Después que los tomamos, nos dirigimos hacia la caja.

    —¿Estás segura de que no quieres que pague por esto?

    —¿Por qué estás tan firme acerca de esto? —pregunto—. ¿No tienes facturas?

    —Solo me estoy asegurando. No quiero repercusiones de tu mamá.

    Sacudo mi cabeza.

    —Tenemos dinero. Actualmente tiene un buen trabajo. Es una alcohólica funcional. Durante el día toma un poco, pero en la noche y los fines de semana, es muy diferente. Sus padres murieron antes de que yo naciera y le dejaron una herencia. Eso ha ayudado.

    —Realmente siento que tengas que lidiar con eso por tu cuenta — dice Benja tranquilamente.

    Mi corazón se vuelve pesado.

    —Sí, yo también. Solía desear tener hermanos, pero sé que tendrían que aguantar esto también y no podría hacerle eso a nadie.

    Dejamos todo en la cinta transportadora. De repente siento los brazos de Benja a mí alrededor, tira de mí contra él.

    —Sé que no me conoces, y entiendo eso, y no quiero espantarte, pero estoy aquí para ti. No tienes que pasar a través de esto sola.

    Levanto la mirada y sonrío.

    —Gracias.

    Poniendo una sonrisa maliciosa en su rostro, Benja susurra—: Debería asustarte, sabes.

    —Todavía estoy esperando a que me mates y me escondas como en alguna bizarra película tipo Thriller.

    —Sí, y no he resuelto todavía que te voy a hacer, así que en este momento, puedes seguir viva —dice Benja, entrecerrando los ojos.

    Con una exclamación, grito.

    —¡Genial!

    Benja se ríe y me empuja hacia la línea. La chica en la salida no puede apartar los ojos encima de él. Veo esto y trato de no sonreír. Benja se da cuenta. Camina hacia la cajera.

    —Hola.

    —Hola —responde, de forma femenina, en una especie de manera risueña. Pongo los ojos en blanco—. ¿Encontraste todo lo que necesitabas?

    —Sabes, estuvimos un poco colgados en el pasillo de los anticonceptivos, pero lo resolveremos. —Le doy a Benja una patada en la espinilla. Se inclina y grita—: ¡Ay!

    Cruzo los brazos y sonrío.

    —No hay necesidad de un método anticonceptivo cuando no puedes ponerte de pie.

    Volviendo su mirada en mí, dice—: Bueno cariño, ahora no vas a necesitarlos por un tiempo.

    —Boohoo —me quejo, como un gesto de que estoy llorando.

    —Así que, ¿lo encontró todo, entonces? —pregunta la cajera, mirándonos.

    Asiento con la cabeza.

    —Sí, lo siento por él. Solo lo dejo salir fuera de la casa una vez al mes, si puede ver por qué. —Doblándose de la risa, Benja da la vuelta. Me acerco y le palmeo la espalda—. Está soltero por si estás interesada.

    —Oh, cariño —interviene Benja—. ¿Me estás dejando?

    —Sí —le contesto de forma dramática—. Me voy a mudar a mayores y mejores cosas.

    Dando a la cajera su seductora sonrisa, Benja le pregunta:

    —¿Cómo te llamas?

    La cajera lo mira como si estuviera loco y empieza a registrar los artículos. No le toma mucho tiempo terminar.

    —Su total es de $567,50

    —Ahora, tienes que pagar por tus cosas. Ya no seré quien te mantenga —dice Benja, cruzando los brazos.

    —Bien —suspiro—. No sé lo que haré ahora. Oh, espera, se llama una tarjeta de débito. —Tomo la tarjeta y la paso por la máquina. Me toma un segundo recordar el pin de mi madre, sin embargo. Rara vez gasto dinero en algo.

    Mientras la cajera me entrega mi recibo, Benja se inclina.

    —¿Estás segura de que no quieres darme tu nombre?

    Empiezo a empujarlo. En cuanto a la cajera, le digo.

    —Lo siento, aún no ha comido.

    Benja carga las bolsas y salimos por la puerta. —¡Eres demasiado divertida! —grita.

    —Para alguien que está dispuesto a cambiar mi vida y librarme de las malvadas brujas de la escuela, ¿de seguro estás listo para avergonzarme más de lo que ellas alguna vez pudieron?

    —Sí, pero yo puedo hacer eso porque somos amigos. Está en los principio de la amistad —responde Benja.

    Riendo, respondo—: ¿Hay principios de amistad?

    —Sí —dice con orgullo—. Hablaremos acerca de los principios de la amistad mientras comemos la cena. Así que, ¿quieres aprender a conducir?

    —¡No en este auto, NO! Tampoco puedo conducir con cambios —le digo en serio.

    Apoyado en su coche, Benja exclama.

    —¡Qué presumida! No sólo aprendes a conducir en un GTO 1967, sino que aprendes a conducir con cambios. Eso sería increíble. Si solo hubiera sido tan privilegiado.

    —Estás loco. —Me río—. Podemos hablar más tarde sobre cómo voy a aprender a conducir. Tengo que obtener mi licencia temporal.

    —Haremos todo el lunes después de la escuela —dice Benja—. Debemos conseguir que corras a velocidad y tenerte conduciendo.

    Niego con la cabeza.

    —En verdad tienes un montón de planes para mí. ¿Cuándo vas a vivir tu vida? Tener esas citas de las que estabas presumiendo.

    —Nunca presumí de mis citas —dice Benja—. Por lo general, terminan mal.

    Subimos al auto.

    —¿Por qué terminan mal?
     
    Top
    .
  15. Carcis~RW
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Benja la ayuda en todo...pero en lo que respecta a Feli, dudo de su ayuda...me sigue intrigando cada vez mas la insistencia de ayudar a Cami
     
    Top
    .
578 replies since 5/7/2014, 20:42   17668 views
  Share  
.