Esta Vez, Si

Capítulo 1

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  1. Danü
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    Hola Chicas!!!! Antes que nada alguna me podria decir como saco en la descripcion capitulo 1??? Porque no se como hacerlo y voy a poner todos los capitulos en este tema.
    Muchas gracias a todas por sus comentarios!!!!! Les dejo el capitulo 3, que lo disfruten!!!! Besotes.....





    Capítulo 3



    El príncipe se queda sin zapatilla




    Caminé hasta la mesa en donde estaban Luisana y su esposo, el susurraba algo al oído de ella que la hacia sonreír, casi me dio pena llegar y reventar su espacio.
    -Hola chicos- saludé mientras Luisana me miraba
    -¿Qué crees que haces?- preguntó viéndome tomar mi bolso
    -Es tarde y no me gusta conducir de noche- contesté mientras ella me miraba de reojo casi buscando otro motivo.
    Bueno, de hecho lo había, no quería tener que soportar a Manuel y sus halagos o que ella notara la nueva mancha en el traje de su hermanito.
    -Tienes razón, solo por que no estaría tranquila si te fueras más tarde- me advirtió mientras yo sonreí.
    -Es un poco mandona- murmuró su esposo mientras ella lo codeaba.
    -Dame tu teléfono, para reunirnos- comentó mientras yo me quedaba en blanco.
    -¡Oh-oh! -Claro, me gustaría- contesté sin pensar, en realidad deseaba verla de nuevo pero no quería volver a saber nada de Benjamin Rojas, ni siquiera para volver a derramarle cualquier cosa, sonreí mientras ella me miraba, le di mi numero, pidiendo a Dios que no se lo diera a cualquier persona y me despedí de ella, de Michael , de Mia y su prometido, llegué a la salida mientras el valet me sonreía e iba por mi auto, me abracé a mi misma sintiendo el frío de la noche , el chico aparcó y me abrió la puerta.
    -Gracias- murmuré mientras me entrega un papel.
    -De nada hermosa- contestó mientras yo sonreía y negaba con la cabeza, entré y cerró la puerta, cuando giré hacia la siguiente avenida, miré el papelito, había un nombre y un teléfono, por Dios, si el chico era un adolescente, aunque claro no estaba mal para cerrar con broche de oro la noche, al menos había dejado boquiabierto al mismísimo Manuel Aguirre y había arruinado el traje fino al engreído de Benjamin Rojas, muy poco comparado con todo mi ropa que el lleno de pintura
    En realidad me alegraba haber asistido, conocer un poco mas a Luisanay a Mia, jugué con la idea de llegar a ser amigas, me imaginé a ellas junto a Lujan yendo de compras conmigo, riendo y contando secretos, criticando a otras personas, inocentemente claro esta, sonreí, soñar no costaba nada, aun cuando estaba casi segura que no los volvería a ver.
    Puse Claro de Luna para relajarme, había sido demasiadas emociones por una noche, estaba feliz por que hubiera terminado…o ¿no? Mi querido auto respingó ante el pensamiento y dos movimientos mas se paró por completo.

    -Ahora que!!!- exclamé bajándome, tirité ante el frío mientras lo miraba, por mi simple observación no deducía nada y la verdad no era una mecánica experta.
    -No me puedes hacer esto!!!- me recargué sobre la puerta del copiloto mirando los autos pasar, saqué mi teléfono y marqué el numero del seguro, después de 15 minutos de dar datos, por fin me dijeron que estarían conmigo en aproximadamente media hora, cuando ya fuera un cubito de hielo.

    Me subí al coche resignada a contar hasta que pasaran los treinta minutos y tratar de no morir de aburrimiento o hipotermia, o ambas.
    “Trescientos diez, trescientos once, trescientos doce”… toc, toc.
    Grité sintiéndome en alguna película de terror y esperé ver al hombre loco del hacha, claro, había sido mejor eso a un Benjamin Rojas divertido.

    Me hizo el ademán de que bajara el vidrio y quise ignorarlo, pero como quedaría con eso, pensaría que lo estaba evitando y en realidad no me arrepentía de lo que había hecho, si pudiera le aventaba todo el ponche.
    -Te aseguro que la fiesta estaba mas divertida que esto- dijo sonriente cuando bajé un poco el cristal.
    -Entonces ¿qué haces aquí Benjamin?- pregunté mientras el me miraba.
    -No lo se- contestó mientras miraba el auto.
    -¿Qué paso?- preguntó, yo me encogí de hombros.
    -Reprobé mecánica- murmuré mientras el reía, fue hasta el cofre y lo abrió, bajé del auto y de nuevo odié el vestido.
    -No veo nada a simple vista- murmuró mientras yo rodeaba los ojos.
    -Bien, gracias por la ayuda- contesté, temblaba ligeramente, lo vi moverse y extenderme la mano sosteniendo su saco. -Mejor vuelvo a dentro- negué pero él entrecerró los ojos.
    -De todos modos, tendrás que bajar cuando el seguro llegué, ¿no es así?- asentí tomando la prenda a regañadientes Me lo puse dejando en el aire una fragancia de verdad exquisita, masculina, ligera y tremendamente adictiva, no quise pensar de donde provenía, quiera conservar mi salud mental.

    Por fin después de largos minutos en los que el no se movió recargado al lado mío sobre el coche, llegó la grúa, revisaron el coche y me informaron que lo llevaría a la agencia.
    ¡Genial!
    Firmé los papales y me despedí enojada de mi traicionero y hermoso mercedes.
    -Te llevo a tu casa- habló el mientras yo casi había olvidado que seguía ahí.
    -Tomaré un taxi- contesté casi de inmediato.
    -Es peligroso tan de madrugada- replicó mientras yo rodeaba lo ojos.
    -Tal vez llamé a un amigo- murmuré repasando los números de mi celular, el rió tenuemente con algo que destello en sus ojos.
    -Bien esperaré hasta que llegue- dijo muy pagado de si mismo, si definitivamente tenía trastorno bipolar.
    -Se cuidarme solita Benjamin- casi sonreí al ver su rostro
    -Si eres razonable dejaras que te lleve a casa- iba a replicar pero levantó una mano en señal de reprimir cualquier protesta.
    -Además me lo debes, por derramar lo que se te ocurriera sobre mi- exclamó señalando su camisa manchada.
    -No gozo de tu memoria a corto plazo, según yo recuerdo no es nada comparado a tus pequeñas travesuras- murmuré molesta
    -Camila, te desharás más pronto de mi si me dejas llevarte a tu casa- murmuró mientras yo cerraba los ojos, definitivamente debería estar prohibido que el dijera mi nombre, P R O H I B I D O!!!
    -Bien- contesté mientras el sonreía triunfante. Me abrió la puerta de su coche y entré mientras el olor de hace unos momentos ahora si me dejaba noqueada, debería ser el aromatizante, tenía que serlo, tal vez seria bueno ponerme a contar de nuevo.
    Le indiqué la dirección de mi casa y encendió la radio mientras el camino fue compartido en un silencio que ninguno de los dos extrañamente rompió, hasta que le señalé cual era mi calle.
    -Sabes, pensé que no asistirías- murmuró mientras yo giraba mi rostro hacia el.
    -¿Por qué no lo haría?- pregunté haciéndome la desentendida.
    -No lo se, creí que para ti no había sido la mejor etapa- contestó encogiéndoos de hombros mirando hacia la calle.
    -No lo fue, no sé por qué, ¿tu si?- le reproché mientras el reía.
    -Ya, tal vez yo hice de tu vida un infierno pero cada quien vive en su propio martirio, no lo olvides- contestó mientras yo lo miraba.
    -¿Debo entender eso?- pregunté confundida
    -No en realidad- dijo aparcando fuera de mi departamento. -¿Lo hiciste sabes?- susurró nuevamente mientras yo trataba de entender.
    -¿El qué?- pregunté en un hilo de voz
    -Sorprendernos, hacer que nos mordiéramos la lengua, cualquier frase que se te ocurra- murmuró sonriendo mientras yo abría y cerraba la boca varias veces.
    -Claro, como si yo anduviera por la vida solo buscando sorprenderlos- repliqué mientras el se ria.
    -Inocente o no lo hiciste- continuó sin despegar los ojos de los míos.
    -Te incluyes en el plural- pregunté ladeando la cabeza.
    -Y si te dijera que si Camila, ¿habría alguna diferencia?- murmuró inclinándose hacia mi girando su cuerpo en el asiento.
    -Si, claro- rodeé los ojos, me giré para abrir la puerta, sentí un hormigueo en mi brazo pero no puede divisar que lo provocó hasta que el agarré de su mano me hizo girar y quedar frente a el mientras que con su otra mano libre me sostenía la nuca y me miró, me miró como si quisiera decir tantas cosas y como si quisiera grabarse mi cara y yo, solo puede quedarme ahí, sin darme tiempo de reaccionar.
    -Perdón, por el pasado, por todo lo que hice…
    -Perdón por esto- susurró para después unir su boca a la mía, rozó mis labios dos veces lo que provocó que mi carne se pusiera de gallina, trataba de recordar en pensar pero ya no había cerebro en mi solo lo que mi cuerpo sentía, deseaba.
    El gruñó, literal, tomó mi cara entre sus manos acercándome aun mas mientras yo abría la boca, parte sorpresa, parte mi gusto.
    Jamás había besado, si eso era besar, su lengua hacia el amor a mi boca, había oído a Lujan mencionarlo pero sinceramente solo eso me estaba llevando a sentir dolor, palpitante dolor, deseaba mas, mucho mas, entraba, salía, acariciaba mientras yo enterraba mis manos en su cabello.

    “Perdón”,
    la palabra resonó en mi cabeza mientras el rozaba mis labios y bajaba a mi cuello.
    Benjamin Roajs se había disculpado
    ¿Había entrado en algún mundo de fantasía?, tal vez sí y era mejor despertar antes de que el ogro viniera, antes de que el despertador sonara.
    Me separé y el no hizo nada, mí mano pareció tener vida propia pues llegó hasta su boca y recorrió sus labios que estaban más llamativos a causa del beso.

    -Se feliz Benjamin- murmuré mientras el sonreía no burlonamente y tal vez no sinceramente, solo un reflejo.
    -Y tu Camila - contestó mientras yo bajaba, no importó el frío de la noche, caminé hasta abrir la puerta del edificio y apreté el botón del ascensor hasta el ultimo piso donde estaba mi departamento, escuché un sonido y me giré, se había ido.

    Entré al ascensor mientras me recargaba en una de las paredes, llevé mis dedos a los labios y cerré los ojos.

    Besé a Benjamin Rojas, la única persona que tal vez odie en mi vida y me gustó.
     
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  2. yisette
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    me encanta este remake,espero que no tarde en poner el que sigue, es que me quede con ganas de seguir leyendo...
     
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  3. Luly
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    q ternura! !!! me encantó y quede más q intrigada!!!! necesito urgente un capítulo más largo, apiadate de nosotras! !!!!
     
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  4. caroli daniela
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    Ohh que buen capi quiero uno nuevo pronto
     
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  5. iirene(L)cesc
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    Que gran capitulo! Estoy deseando el próximo encuentro 👏👏
     
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    La Abuel@ te presta la escoba

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    genial, me e quedado con ganas de seguir leyendo
     
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    Horneas galletas con la Abuel@

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    sin palabras... parece ser que ese odio que dicen sentir no es así, aunq creo que Benja nunca ha odiado a Cami, veremos que pasa más adelante, síguela besitos!!
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  8. mariavi7
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    al parecer el odio se está convirtiendo en amor que lindos, es genial continúa pronto
     
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  9. CB?
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    Ainssss está muy buena
    Seguila, seguila, seguila plisss
     
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  10. Danü
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    Capítulo 4



    Todo se ve diferente con los años




    Miré a Jane entrar con otro arreglo de rosas blancas, las flores eran hermosas pero me revolvieron el estomago, ¿que pretendía?, ¿que pusiera una florería?.
    -Es insistente- suspiró ella tímida, el día anterior había llegado otro y el lunes igual, tres días, tres arreglos, todos glamorosos, todos para derretirse, claro si sintiera algo por el, me levanté del escritorio y alcancé la tarjeta.

    Hola Camila!!! Espero que tengas un buen día, estaré en Phoenix el fin de semana, esperó poder verte de nuevo. Piénsalo por favor.
    Con cariño Manuel Aguirre


    Suspiré y tiré la tarjeta, Jane me miró casi incrédula pero yo medio sonreí, ella me devolvió el gesto y comenzó a salir de la oficina.
    -Jane- la llamé antes de irse.
    -Si, Camila- contestó en la puerta.
    -Si el Sr. Aguirre llama sabes que contestar ¿cierto?- pregunté y mi pequeña secretaria, sonrió casi maliciosamente lo que fue terrorífico pues tenía una cara tan angelical.
    -“Estas en una junta”- murmuró ella saliendo con una sonrisa discreta.
    Me recargué en mi sillón masajeando mi cuello con una mano, no tenia tiempo para el que parecía un acoso por parte del “conquistador” Manuel Aguirre, aun no entendía como podía haber dado conmigo, le conté que trabajaba en una revista de negocios, pero de eso a que supiera exactamente a donde mandar los arreglos, lo único que agradecía es que al parecer desconocía mi dirección o mi teléfono móvil, lo cual me permitía aun permanecer e paz. ¿Qué pretendía?, sabía mejor que nadie que le gustó el cambio en mi, pero en realidad no me conocía, era imposible que quisiera salir conmigo solo por que la tonta adolescente que estaba enamorada de él en el pasado, ahora sí le parece bonita, es algo tarde ¿no?, traté de no pensar en ello, tarde o temprano se cansaría y sería el fin de la historia.

    Después de un largo día y de que Jane volviera a decirle un insistente Manuel que aun me encontraba ocupada, salí rumbo a mi departamento, hacía un día me habían entregado mi auto, Lujan había estado dándome un aventón mientras continuaba sin mi caprichoso mercedes, Lujan, había pasado dos días de tortura repitiéndole con lujo de detalle cada segundo de la fiesta, claro que mi relato siempre se terminaba mucho antes de aquel beso con Benjamin….… Fui débil, débil, débil, ahora resulta que no podía estar con un hombre guapo y sexy por que yo ni tarda ni perezosa, contestaba cualquier beso que él intentara, ¡Alto!, ¿y a mi desde cuando me parece sexy y atractivo?

    Moví la cabeza como queriéndome deshacer de mis pensamientos, me quite los zapatos y el clima calido del suelo de mi hogar me hizo suspirar, me preparé un te helado y me dispuse a acomodar mi habitación, a mitad de semana siempre me encargada de recoger un poco mis cosas, pero me paré en seco cuando en lo mas hondo de mi closet encontré la única prenda entre toda aquella maraña que definitivamente no era mía.

    No me di cuenta que lo traía puesto hasta que llegué al departamento, debí devolvérselo, pero ya se había ido, tomé el saco y sin pensar me lo acerqué a la cara, solo para comprobar que el olor seguí ahí, exquisitamente adictivo.
    Era patética, lo sabia, ¡Odiaba a Benjamin Rojas!, de una forma u otra siempre terminaba sintiéndome indefensa ante él, envolví el saco y lo guardé en una bolsa, tal vez para después regalarlo un centro de caridad o algo así, en dado caso no importaba, me prometí a mi misma no volver a tocarlo.
    Ni a él ni mucho menos a su dueño.
    Al día siguiente me disponía a ir a almorzar con Lujan, a mediados de mes, el tiraje de la revista estaba en proceso y era el tiempo mas liviano de mi trabajo, mi amiga entró a la oficina siempre tan despampanante mientras yo me ponía brillo labial.
    -Y bien ¿el arreglo del día de hoy?- preguntó mientras yo sonreía, me había estado molestando con que la mismísima Camila Bordonaba había dejado enamorado a Manuel Aguirre, al momento que se enteró de las flores.
    -Hoy no hubo, supongo que ya paso la fiebre del reencuentro- bromeé, mientras mis palabras se estampaban en mi cara. Jane entró seguida de un mensajero con una arreglo de rosas rojas enorme, demasiado para la vista, ¿Dónde quedaba la simpleza?
    -¿Qué es eso?- murmuré mientras Jane me miraba tan bien algo fastidiada.
    -Yo creo que esto más que fiebre se volvió enfermedad crónica- se burló Lujan mientras yo iba hasta el estorboso presente, saqué como pude la tarjeta y leí en voz alta.

    Me alegra que aun con todas tus ocupaciones te hayas dado tiempo de asistir a la reunión, eso me permitió ver lo inmaduro que fui, pero ahora no te dejare escapar, no sin una cena, este viernes, estoy en tus manos Camila, Manuel.

    terminé mientras bufaba bajito. -No entiende de indirectas- miré a Jane y ella solo sonrió dejándonos solas
    -Tú querías que fuera a la fiesta, ¿ahora que hago?- le dije a Lujan mientras ella se encogía de hombros y tomaba su bolso para salir.
    -Muy fácil, sal con él y dile que a ti también te dio gusto verlo pero que estas enamorada de otro, no ibas a estar esperando hasta que se diera cuenta de la mujer que tenia y dejo ir- la miré intentando captar si estaba bromeado pero ella parecía muy segura de que funcionaria.
    -No, me seguiré negando- contesté mientras subíamos al elevador.
    -Y seguirá insistiendo, mira los hombres son simples, cuando los retas, los atrapas, déjalo saber que alguien ya te ganó, que alguien mas ya cumplió el reto, aunque claro todo eso dejándole en claro, todo lo que perdió- sonreí al escuchar a mi amiga, pero de eso a salir con Manule, aunque fuera para decirle: “Yo decido cuando amar a alguien y ahora, ya perdiste tu oportunidad”, no, no me creía capaz.
    -¿Me voy a inventar un hombre de la nada?- repliqué ante la insistencia de Lujan ya en el restaurante a una cuadra de las oficinas de la revista.
    -No, puedes hablarle de un hombre que conozcas, así si sigue insistiendo, “tu caballero”, aparecerá triunfal- suspiró mientras yo reía.
    -¿Cómo por ejemplo?- pregunté mientras ella parecía pensarlo.
    -Ya se, ten una cita con él y pórtate toda mona como eres, así de simple, encántalo y luego remátalo hablando de tu perfecto novio, Marcos puede ser buena opción- siguió mientras yo sonreí tomando un poco de agua.
    -Lujan no voy a presentar a tu prometido como mi novio- ella sonrió y asintió, se iba a casar el siguiente año e irónicamente no iba a planear nada, se iban a ir a la playa y casarse íntimamente, Marco era un tipo simpático, ecuánime y muy atractivo, estaba feliz por ella.
    -Por favor Camila, o tal vez quieras seguir conviviendo con mas de 20 rosas todos los días- la miré con los ojos entrecerrados y al final suspiré, venganza o no al menos debía de ponerle a Manuel las cosas en claro.

    El jueves por la tarde hablé con Manuel quien se mostró sumamente feliz por que hubiera aceptado, insistió en pasar por mi, así que le dije que me recogiera en mi oficina, ¿Cuando un psicópata te persigue le dices el numero de tu casa? No, yo no.

    Miré mi vestido negro nada provocador, mostraba los hombros, un poco los cuales tapaba mi cabello y mostraba solo mis pantorrillas, nada como para que el pensara en algún otro motivo para salir, era viernes, a minutos de la esperada “cita” y deseaba que Manuel y todo lo que yo había dejado atrás antes de la fiesta formara parte de mi pasado, me quede mirándome al espejo, hice lo que estos días se había vuelto una costumbre al mirar mi reflejo, toqué mis labios, recordé la forma en que los labios de él se amoldaban en los míos, su sabor, sus caricias, y casi estuve segura que por mas que me deshiciera de Manuel, de mis recuerdos de preparatoria… de todo, ese beso me seguiría siempre, dejándome nerviosa y con el estomago echo nudos.

    ****************************************



    -Estas perfecta- saludó Manuel besando mi mano
    -Hola Manuel- saludé mientras él me abría la puerta de su auto
    -No sabes lo feliz que me haces viniendo esta noche- continúo mientras rodeaba el descapotable rojo, demasiado, demasiado, demasiado.
    -¿A dónde vamos?- pregunté mientras el cambiaba de velocidad.
    -A un restaurante de comida internacional, muy privado y elegante, Benjamin me lo ha recomendado mucho- contestó, la solo mención del nombre de mi peor pesadilla, era un presagió de que yo no debería haber aceptado.

    El camino fue en silencio, de mi parte, pues mi ex compañero se la paso elogiándome, cosa que para un curso de autoestima hubiera estado bien, pero yo no necesitaba que me echaran porras, yo era una persona normal, por ejemplo, quería platicar con alguien sobre la ultima película de los X-Men. Entramos al restaurante seguidos por el Maître, saludó a Manuel efusivamente y dos meseros le pidieron autógrafos, vaya no me había puesto a pensar que salía con un jugador de béisbol, alguien importante y mas sorprendentemente, no quería estar ahí.

    Después de ordenar dejándome guiar por los consejos de un Manuel que presumió de su gran conocimiento culinario, bebí un poco de vino tratando de aligerar el aburrimiento.
    -Me alegra que hayas aceptado cenar conmigo- murmuró él mientras yo sonreí, amigablemente.
    -Somos dos compañeros estableciendo una amistad- contesté mientras él parecía pensarlo.
    -Camila, yo deseo no parecerte directo, pero quiero mas que una amistad contigo, se que es precipitando, Benjamin no deja de repetirme que se ve demasiado conveniente mi interés en ti después de verte despampanante pero…- no entendí la ultima parte, me esforcé en seguir neutral, que hacia Benjamin en este asunto
    -¿Benjamin?- murmuré con el ceño algo fruncido.
    -Si, no te molestes, es mi mejor amigo y se que ustedes no se han llevado bien y que te debe mas de una disculpa, pero quiero que me permitas intentar conquistarte- pidió el mientras yo trataba de manejar el hilo de mis pensamientos, definitivamente me tenía que alejar de estos dos hombres, ahora.
    - Manuel, lo siento yo estoy enamorada de otro hombre y él me ama a mi, solo puedo ofrecerte mi amistad- contesté lo mas ecuánime posible, él pareció pensarlo por un minuto.
    -No creo que pueda conformarme con tu amistad Camila- murmuró él mirándome, sabía que no odiaba a Manuel, en realidad no sentía nada por él, nada pero tampoco quería lastimarlo.
    -Es todo lo que puedo darte, lo siento mucho- desvío la mirada y después trato de sonreí.
    -Bien creo que yo mismo arruine mi oportunidad, tú me querías no es así, en la escuela- lo miré cuando él pregunto pero me di cuenta que en realidad dudaba de la respuesta ¿En verdad lo había amado? Pensé contestar que ya no importaba pero mi celular me impido seguir, me disculpé levantándome yendo hacia el área de servicio.
    -¿Hola?- contesté, extrañada de que fuera un número privado.
    -¿Hola?- volví a insistir cuando nadie respondió, suspiré pero al mirar a Manuel a lo lejos agradecí que quien quiera que fuera me hubiera sacado de esa incomoda situación.

    -Gracias, me ha impedido que le diga a mi “primer amor” que en realidad a los 17 años, nadie sabe en realidad lo que siente- me arrepentí por contarle a no se que persona algo que no le incumbía pero a cambio recibí un risa aterciopelada y tranquila.
    -Nadie lo sabe, Camila- contestó un voz que no me atrevía nombrar, no quería nombrar, colgué con el corazón latiéndome en el pecho y mire el celular, Benjamin tenía mi número.

    Terminé de cenar alejándome del tema comprometedor, solo me limite a decirle a Manuel que aprendemos del pasado y lo que no estaba destinado a ser, no era, tal cual, sin embargo los nervios en mi estomago me impidieron hasta disfrutar la comida, casi esperé como una película de terror que el móvil volviera a sonar, pero no lo hizo, cuando Manuel me dejó en la casa de Lujan ya que según le había dicho había quedado de reunirme con ella, me senté mientras me amiga me ofrecía un café, miré de nuevo el celular y suspiré.

    Cada vez me arrepentía más de haber ido a la dichosa fiesta
     
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  11. Luly
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    Gracias por publicar seguido, muero con Benja. Jaja esta mortal la historia y como te digo siempre .e quedo on ganas de leer más! !!!! y q vuelva a sonar yaaa ese bendito celular
     
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  12. yisette
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    me encanto el capitulo, mira como es la vida ahora el que gozaba burlandose de ella ahora le gusta y su amor de secudaria nunca se fijo en ella y tambien veia como como benja le hacia la vida imposible y no hacia nada y ahora esta que babea por ella, plis no tarde el publicar,,,
     
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  13. mariavi7
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    es genial este capítulo!! es verdad que a los 17 años uno no sabe lo que es el amor, me ha hecho recordar que yo a esa edad odiaba al que ahora es mi marido y que según el a partir de los 20 empecé a entrar en razón y darle una oportunidad jajaj. Pobre Camila cuando tenga que afrontar sus sentimientos por Benjamín! sigue pronto me encanta la novela un beso!
     
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    que oportuno ha sido benja no?? jajaja antes no podía sacarse de la cabeza a benja por todo lo que la hacia en la preparatoria y ahora no se lo puede sacar de la cabeza por ese beso, como han cambiado las cosas no?? síguela porfis bss!!
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