El Arte De La Vida...

todo puede cambiar

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1.     +3   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Te tomas una tacita de café con las Abuel@s

    Group
    Abuela Escritora
    Posts
    451
    Escobas
    +36
    Location
    Argentina, Santa Fe

    Status
    Benja es un chico de 21 años devastadoramente atractivo con un secreto, quien sólo tiene que entrar a una habitación y lanzar su sonrisa ganadora para derretir el corazón de una chica.

    Cami es una artista apenas perceptible, cuya vida en casa es mejor no desear.

    Ella se siente completamente sola en el mundo, eso es hasta el día en que Benja la salva de unos atormentadores de la escuela y cambia las vidas de ambos para siempre. Cami no puede creer su buena suerte cuando Benja forma una amistad con ella porque nada va como ella quiere. Después de todo, ella es descaradamente atormentada por sus compañeros, ignorada por su enamoramiento de la escuela, nunca ha sido besada, y su madre es alcohólica. ¿Cómo podría tener una relación, incluso una amistad, con cualquiera, y mucho menos con alguien tan guapo y altruista? Aunque no todo son buen aspecto, buenas obras y coches rápidos para Benja, cuyo pasado aún lo persigue. ¿Puede un horrible suceso que fuerza a Cami a salir de su casa y entrar al dormitorio de invitados de Benja enseñar a estos dos cómo vivir y amar?
     
    Top
    .
  2. Carcis~RW
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Me gusto ! Espero el primer capitulo para saber mas de esta historia
     
    Top
    .
  3.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Te tomas una tacita de café con las Abuel@s

    Group
    Abuela Escritora
    Posts
    451
    Escobas
    +36
    Location
    Argentina, Santa Fe

    Status
    Capitulo 1

    Abro mi casillero y meto mis libros en el estante superior. Mi mirada cae sobre el espejo que mi mamá me compró. Sí, lindo regalo mamá, odio mirarme. Mi cabello es rebelde, hasta los hombros , y de un roja fuego y mis ojos son de un marron apagado. No soy atractiva en lo más mínimo. Mi mamá dice, “Eres hermosa”, yo digo que es una mentirosa. Ella podría estar en lo cierto, pero no tengo autoestima, cero, nada. Golpeo la puerta de mi casillero al cerrarlo, y gruño con frustración.

    Es entonces cuando veo la cara detrás de mi casillero. Los ojos de Feli me miran sin comprender. Mientras su ceja se levanta, mi cara se pone roja. Genial, absolutamente genial, así que así es como mi día va a ir.

    —Hola —murmuro.

    Feli simplemente sacude la cabeza y abre su casillero. Vaya, está ignorándome. ¡Qué sorpresa! Sólo suspiro y me alejo. Mi siguiente clase es arte. Probablemente la única cosa en la que soy buena. Tomo mi asiento habitual en la esquina, lejos de todos. Deseo que este día termine, como cualquier otro día de la escuela secundaria. Miro por la ventana, mientras espero que suene el timbre.

    Cuando un coro de voces burbujeantes entra en la habitación, se me revuelve el estómago. Grandioso, están aquí. Mis ojos se vuelven hacia las chicas que hacen de mi vida un infierno. Lola, la castaña animadora es la atípica niña bonita, Paula, con el cabello corto de color negro, pero la líder es Mery. Es la inmaculada y perfecta rubia hueca. Creo que se ha hecho cirugías. Su papá seguramente le da todo lo que quiere, así que no me sorprendería.

    Por supuesto, toman los asientos en el pasillo opuesto a mí. Dispárenme ahora, por favor. Mientras, Mery se sienta, sus ojos rapaces miran directamente hacia mí. Elijo ignorarla.

    —Mi, mi, mi, Cami —dice riendo—. No estamos… bonitas… singulares hoy. Qué buen conjunto.

    Mi mente se desplaza instantáneamente a lo que llevo puesto. Bueno, sí, no tengo absolutamente ningún sentido de la moda y Mery se asegura de que lo sepa casi todos los días. Tengo un pantalón capri azul y una camisa a rayas de color púrpura. Ahora, pensando en ello, no coinciden en absoluto. Es otro fracaso épico de mi parte, pero por desgracia, es uno de muchos. Saco mi cuaderno de dibujo y sigo ignorando a Mery.

    —Mira Mari, está garabateando otra vez —se ríe Paula—. Dibujando a su chico soñado.

    —¿Te refieres a Feli? —pregunta Paula sarcásticamente. El lápiz que acabo de tomar se rompe en mi mano—. Ooohh, me parece haber tocado una fibra sensible —se inclina—. Está bien, todos sabemos acerca de tu enamoramiento. Te prometo que no lo diré.

    Después de todo este tiempo, se podría pensar que ya no me molesta, pero todavía lo hace. Mi pecho se aprieta y tengo que mirar hacia otro lado. Las chicas sólo se ríen. De repente, suena el timbre y tomo una respiración profunda. El maestro empieza a hablar en la parte de adelante lo que significa que la atención se aleja de mí, por ahora.

    Encuentro un respiro cuando puedo dibujar. Sí, no voy a mentir, he esbozado a Feli un millón de veces, pero NUNCA en la escuela. No soy tan estúpida. Hoy, se supone que debemos dibujar una de esas figuras de madera que están puestas en el escritorio. Es fácil y me lleva muy poco tiempo, así que cuando termino, saco mi libro de dibujo. Me encantan los lápices de carbón. Son las mejores cosas para dibujar. La mayor parte del tiempo dejo que mi imaginación me lleve, pero hoy, bueno, hoy estoy un poco vengativa. Esbozo una guillotina, con la cabeza de Mery en ella. Nunca dije que era súper madura.

    Al menos es mi último año y pronto ya no tendré que lidiar con este lugar nunca más. Cuando suena el timbre para terminar el día, agarro mis cosas y casi salgo corriendo del salón. Lo bueno es que hoy no tengo que parar en mi casillero. No creo que pueda soportar ver a Feli, de nuevo. ¿Quién sabe lo que Mery le ha dicho? Tal vez me olvidaré de todo esto mañana, probablemente no, pero aquí está la esperanza.

    Nuestra secundaria es bastante grande, así que me pierdo en la multitud dejando la escuela. A diferencia de todos los demás de mi edad, no tengo una licencia de conducir, podría ser, porque no le importo a mi mamá. Es alcohólica. Mamá tiene un gran trabajo, pero toma como un pez. La mayoría de las veces, soy más feliz cuando no está en casa. Me dirijo por una calle que nadie más toma. De esta manera, no me encuentro con nadie.

    Realmente me gustaría que fuera diferente, pero no he tenido ninguna ayuda en casa. No creo que mi mamá alguna vez quisiera tener hijos. Decir que fui un accidente es un eufemismo. Mi mamá nunca me ha dicho quién es mi papá. No hay un nombre en mi certificado de nacimiento, por lo que no tengo ni idea. Tal vez, no lo sabe. No me sorprendería.

    Miro mi reloj. Hmm, mamá va a estar en casa pronto, y hoy en particular no quiero tratar con ella. Voy a la cafetería. Cuando llego allí, la chica detrás del mostrador sonríe.

    —Hola, Cami, ¿lo de siempre?

    —Sí, gracias Paloma —respondo. Se da la vuelta y me hace mi bebida. Tomo dinero de mi bolsillo. Eso es algo que mi mamá siempre me da, dinero. Oye, eso me permite tomar café y escapar por unas pocas horas. Rozo mi zapatilla contra el suelo, mientras espero. Finalmente, deja mi café con leche en el mostrador—. Gracias —digo, mientras le pago y dejo una gran propina. Me gusta Paloma. Me habla como un ser humano.

    Hoy el clima está agradable, y creo que me sentaré afuera. El sol se siente bien en mi piel. Me gusta el clima cálido. No me iría bien en Alaska. Saco los auriculares y los pongo en mis oídos, encendiendo mi música bastante alta. Dejo mi cuaderno de dibujo en la mesa, y me pongo a trabajar. Estoy tratando de trabajar más en los paisajes. Las caras y las personas son mis puntos fuertes, así que estoy tratando de ampliar mis horizontes.

    Cuando bajo mi café vacío, suspiro. Quiero otro. Sacándome mis auriculares, presiono detener. Es entonces cuando noto la sombra sobre la mesa. Miro hacia arriba y mi corazón cae. ¿Qué diablos, acaso no puedo tomar un descanso?

    —¿Qué quieres? —

    Mery cambia su peso a su otra pierna.

    —Queremos esta mesa.

    Mi atención se dirige a la zona alrededor de mí.

    —Hay otras cinco mesas disponibles.

    —Sí, pero nosotros queremos ésta —responde.

    —¿Cuál es tu problema? —espero—. ¿No puedes dejarme en paz?

    Riendo como una bruja, Mery dice.

    —¿Por qué lo haríamos? Eres un blanco fácil, tan divertido. Mírate. Eres ridícula.

    ¿Puedo sólo morir? Uno de estos días, ¿por favor?

    —Gracias, ve y siéntate en otro lugar.

    Se inclina sobre la mesa.

    —Mueve tu patético trasero.

    —En realidad estábamos a punto de irnos —dice una voz.

    La mirada de todo el mundo se mueve hacia la figura que se desliza en el asiento junto a mí. Um, hola. ¿Quién en el mundo eres?

    Los ojos de la chica se ensanchan, al igual que los míos. Hay un chico increíblemente caliente sentado a mi lado. Él le da una sonrisa resplandeciente a Mery.

    —Sigo pidiéndole que me deje llevarla al paseo de su vida y finalmente ha cedido y dijo que sí. —¿Eh? Creo que mi boca está en realidad abierta. Sus ojos azules me mataban—. ¿Verdad, cariño?

    —¿Qué? —susurro.

    —Tienes que estar bromeando —se burla Mery.

    Dándole una sonrisa aún más grande, dice.

    —Oh, nunca bromeo sobre mi motocicleta. —¿Motocicleta? Mis ojos, junto con los de las chicas, van a la calle. Hay una motocicleta negra apoyado en su soporte. Es una preciosidad. Niego con la cabeza en un tonto estupor. Me doy la vuelta de nuevo hacia al chico a mi lado. La expresión de mi cara tiene que ser invaluable. Recoge su casco y lo empuja hacia mí—. Exijo que uses esto, sin embargo.

    Incapaz de controlar mi propio impulso, veo como mi mano se extiende y lo toma.

    —Está bien. —Es la única respuesta que puedo reunir.

    —Ésta… ¿ésta es tu novia? —tartamudea Mery.

    —Qué grosero de mi parte. —El chico se levanta y extiende su mano—. Mi nombre es Benja.

    Mery vacila y la sacude.

    —Hola.

    Entonces Benja se vuelve hacia mí.

    —Empaca tus cosas para que podamos irnos. —Me siento y lo miro fijamente. Me da una mirada insistente. No sé por qué, pero empiezo a poner mis cosas en mi mochila.

    De repente, alguien se acerca. Mierda, es Feli. Camina tranquilamente y mira a Benja y luego a mí.

    —Hola —dice lentamente. Se da la vuelta hacia Mery y dice—. ¿Qué está pasando?

    —Éste es Benja. Supuestamente, es el novio de este fenómeno —responde, señalándome.

    —Oye —espero—. ¡Tengo un nombre, es Cami y muy bien que lo sabes!

    Levantando sus manos, Benja exclama.

    —¡Esperen! Técnicamente no soy su novio.

    Esto es simplemente genial. No tengo idea de quién es este tipo, pero acaba de hacer mi vida peor.

    —No, no lo eres —enfatizo. Por favor, haz que esto acabe.

    —Sigo invitándola a salir, una y otra vez y sigue negándose, pero creo que mi persistencia funcionará pronto, y es exactamente por eso que voy a darle el… paseo… de su vida —agarra mi mano y dice—. Vamos. Tengo planes para nosotros.

    Sin estar segura de qué hacer, le susurro.

    —Está bien. —Cuando miro hacia arriba, mi corazón se hincha. Todo el mundo se ha conmocionado, se ve en sus rostros. Este tipo es más que hermoso y está haciendo un espectáculo ayudándome. No puedo evitar sonreír. Dulce, dulce, reivindicación. Viviré esto, hasta que se acabe. Si no explota en mi cara en un segundo, resultaría ser una horrible broma de mal gusto.

    —Vamos Cami —dice Benja, dando una impecable sonrisa de dientes blancos—. Quiero llevarte a dar un paseo. —Levanta las cejas de arriba hacia abajo. Eso sólo me hace reír y se necesita mucho para hacerme reír. Se vuelve de nuevo a mis torturadores—. Pueden tener la mesa ahora. Vamos cariño. —Benja empieza a sacarme a la calle. Lo sigo con vacilación.

    Cuando llegamos a la motocicleta, se sube. En cuanto a mí, dice sonriendo.

    —¿No vienes?

    Inclinándome, susurro.

    —¿Vas a matarme?

    Se echa a reír y responde.

    —No dejaría tantos testigos. Vamos, sólo sube a la motocicleta. —¿Qué estoy haciendo? Me pongo el casco de la motocicleta y me acomodo la mochila en los hombros. Benja golpea suavemente el asiento detrás de él. Me subo y me siento allí. Coge mis manos y las pone a su alrededor. Sonriendo, pregunta.

    —¿Quieres despedirte de tus amigos?

    —¿Puedes sólo salir de aquí? —replico.

    —Claro —dice Benja, girando y mostrándoles el dedo medio. Agarro su mano, empujándola de nuevo hacia abajo. Siento su cuerpo temblar con risa. Enciende la motocicleta y acelera el motor.

    Mi cabeza se da vuelta y miro a Mery. Tiene sus brazos cruzados, con sus ojos mirándome fijamente. Oh, chico, voy a pagarlo mañana. Al menos esto me hará sonreír por esta noche. De repente, la motocicleta salta hacia delante y arrancamos. Me aferro firmemente. Esto es una locura. Me voy a morir. Va a hacerme algo horrible, ocultar mi cuerpo en un tronco y empujarlo en el lago. ¿Valió la pena? Totalmente, la expresión de su rostro es suficiente pago.

    Vamos por las calles del centro. Al llegar a un semáforo en rojo, me inclino hacia delante.

    —Ahora puedes dejarme bajar en cualquier momento.

    Volviendo la cabeza, Benja sonríe.

    —Vamos a ir a tomarnos algo.

    —Sólo tengo 18 años —le grito, cuando arrancamos de nuevo.

    Se encoge de hombros. Nos dirigimos a un parque y se detiene en un punto. Soy rápida para saltar y retroceder.

    —¿Quién eres? —pregunto.

    —Mi nombre es Benja, Benjamin Rojas, para ser exactos y tu nombre es Cami, te escuché gritárselos a esas personas.

    Puedo sentir mis mejillas ruborizarse.

    —Sí, lo siento por eso. Ésa era Mery. Ella me trata como…

    —Basura. —Benja acaba por mí.

    Asintiendo, suspiro.

    —Sí. Gracias por eso. No tengo idea de por qué lo hiciste, pero gracias. —Me quito el casco y se lo devuelvo—. Aquí.

    Lo toma y lo pone frente a sí mismo.

    —¿Cuál es su problema contigo?

    —¿Los viste?

    —Por supuesto —responde.

    Hago un chasquido con mi lengua y digo.

    —Míralos y luego mírame. Soy un blanco muy fácil.

    —¿Por qué dices eso?

    Ahora, ruedo los ojos.

    —Soy una tonta si no lo has visto ya. No puedo vestirme bien. Parezco loca. No tengo muchos amigos, si es que los tengo. Sólo soy una tonta.

    Benja frunce el ceño.

    —No veo a una tonta.

    —Eso es muy amable de tu parte —contesto, un poco molesta—. ¿Por qué hiciste lo que hiciste de todos modos?

    —Me recordaste a alguien y no podía soportar la forma en que te estaba hablando. ¿Por qué la dejas hacer eso?

    Cruzo los brazos y miro hacia abajo.

    —No lo sé. Sólo lo hago. No puedo ser otra cosa que lo que soy. Por lo tanto, sólo lo tomo.

    —Supongo que todavía estás en la escuela secundaria —pregunta Benja.

    Asintiendo, respondo.

    —Sí, ¿por qué, tú no?

    Con una sonrisa diabólica, Benja responde.

    —No, fui expulsado. —Mis cejas se levantan y empieza a reírse—. No, estoy bromeando. Tengo 21 años. Me gradué hace unos años, en realidad de una ciudad en Texas.

    —¿Qué te trajo aquí? —pregunto.

    Su sonrisa flaquea un poco.

    —Necesitaba un cambio, así que tomé un dardo, lo tiré a un mapa, y aterricé aquí.

    —¿De verdad hiciste eso? —suspiro.

    —Sí —responde—. ¿Quieres que te lleve a tu casa?

    Mis ojos sólo lo miran.

    —¿No crees que sería raro, si realmente te mostrara dónde vivo?

    —No voy a matarte —Benja se ríe. Inclinándose hacia adelante, susurra—. Todavía.

    La esquina de mi boca tiembla.

    —Está bien, llévame a casa. Me limitaré a asegurarme de bloquear las puertas por la noche.

    —Debes hacerlo de todos modos —responde, entregándome el casco de nuevo—. ¿Cuál es tu dirección?

    —1552 Avenida Harmony, si tomas la carretera J y das vuelta por la ciudad, está justo después de las vías del tren.

    Con un gesto brusco, Benja dice.

    —Sube entonces.

    Mis manos tiemblan un poco. Me pongo el casco de nuevo y subo en la parte trasera.

    —Agárrate fuerte —grita por el ruido de la motocicleta. Wow, ¿de verdad? Aferrarse a un chico caliente que me está dando un paseo a casa en su motocicleta, aquí hay una decisión difícil.

    Hacemos nuestro camino de vuelta por la ciudad. Mi mamá va a enojarse cuando llegue a casa y me vea en esta motocicleta. Cuando finalmente llegamos a mi casa, doy un suspiro de alivio. No está en casa. Benja se estaciona en la parte delantera y detiene la motocicleta, apagándola. De repente estoy muy nerviosa. Le entrego el casco, y digo.

    —Gracias, gracias por todo.

    —No hay problema —responde. Benja me mira pensativo—. No dejes que te afecten tanto.

    —Es más fácil decirlo que hacerlo.

    Benja suspira.

    —No pareces ser tan mala como chica. Date más crédito.

    —Trato y fracaso cada vez. Realmente aprecio lo que hiciste. Voy a pagar por esto mañana, pero al menos fue algo de reivindicación —digo, en realidad sonriendo un poco.

    —Tienes una bonita sonrisa —responde—. Deberías hacerlo más a menudo.

    Nadie me había dicho eso antes. Me sonrojo, una vez más.

    —Bueno, gracias por el viaje a casa y gracias por ser mi caballero al rescate.

    —No hay problema, mi señora —replica Benja, inclinando la cabeza—. Ten una buena noche. Espera, ¿cuál es tu nombre completo?

    —Camila Bordonaba —respondo.

    Guiñándome, dice.

    —Fue un placer conocerte Camila Bordonaba. Ten una buena noche. —Con eso, enciende su motocicleta y se va.

    Me quedo ahí por un tiempo, mirando por la calle. ¿Realmente esto sucedió? Quiero decir, cosas como éstas en realidad no ocurren, ¿cierto? En las nubes, camino a mi casa. Pongo a preparar la cena y me siento en la mesa. Agarro mi cuaderno de bocetos y empiezo a dibujar a Benja, con sus grandes ojos azules, con sus largas pestañas, su gran sonrisa y su cabello de perfecto rubio. Eh, bueno, al menos voy a tener esto como un recuerdo de que todo puede haber sido real.

    De repente, la puerta principal se cierra de golpe. Oh, bien, aquí vamos. Mi mamá viene entrando en la habitación y tira su bolso en la mesa a mi lado.

    —¿Un día duro? —pregunto.

    —No tienes ni idea —responde mi mamá. Sí, claro, apuesto a que tuvo un día muy duro, y mira, va directamente al whisky. Oh bien, ella es una maravilla bajo la influencia de esas cosas—. ¿Qué hay para la cena?

    —Ravioli —suspiro—. Es todo lo que tenemos para hacer.

    Dándose la vuelta me mira.

    —¿Estás diciendo que soy una mala madre? ¿Que no tengo comida en la casa y estás pasando hambre?

    —¿Ésas palabras salieron de mi boca? —espeté—. No, sólo tenemos que ir al supermercado.

    Mi mamá se da la vuelta y empieza a escarbar en su bolso. Saca un montón de dinero en efectivo y lo tira sobre la mesa.

    —Ahí tienes, ve al supermercado. No puedo esperar hasta que tengas 21, entonces también podrás ir a comprarle algunas bebidas líquidas a mami.

    —Oh sí —me quejo conmigo misma.

    —¿Qué? —gruñe mi mamá.

    Respirando profundamente digo.

    —Nada. —Se da vuelta y sale enfurecida de la habitación. Cuando la cena está lista, tomo la mía y como arriba. Mi habitación tiene un cerrojo. Gracias a Dios.

    Para el momento en que en realidad quiero aventurarme a bajar me encuentro a mi mamá desmayada en el sofá. Suspirando, le sacó los zapatos y subo sus piernas, como siempre hago. Tomando la pequeña manta, la cubro. Esto es ridículo. Debería haber sido trasladada y puesta en un hogar de acogida hace mucho tiempo, pero creo que sería mucho peor que esto. Una vez que me gradúe de la escuela secundaria, conseguiré un trabajo de verdad y saldré de aquí. La universidad está fuera de cuestión por el momento. Tengo la intención de ir, pero salir de aquí tiene prioridad. Quiero ver lo bien que lo hará, cuando esté sola y no pueda usarme para cocinar, limpiar y lavar la ropa

    A las diez, me tiro en mi cama. Los acontecimientos de hoy siguen corriendo por mi cabeza. Fue impresionante, pero mañana será eclipsado todo. Va a ser un infierno. Tal vez debería faltar a la escuela. Sin embargo, eso no va a resolver nada, se burlarán más de mí al día siguiente. Genial, amo mi vida.
     
    Top
    .
  4. Carcis~RW
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Me encanto! Muy divertida! Y el encuentro Benja y Cami ...muy bueno
     
    Top
    .
  5. yisette
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    A mi tambien me gusto mucho en encuentro...
     
    Top
    .
  6.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Te tomas una tacita de café con las Abuel@s

    Group
    Abuela Escritora
    Posts
    451
    Escobas
    +36
    Location
    Argentina, Santa Fe

    Status
    Capitulo 2

    Me las arreglé para pasar el último período sin ver a Mery o a cualquiera de sus amigas. Eso es bueno. Podría ser porque comí el almuerzo en el laboratorio de química. De todos modos, la siguiente prueba de buena fortuna será la clase de arte en pocos minutos. ¿Por qué mi clase favorita, también tenía que ser la más temida?

    Espero pacientemente a que el último timbre suene. Corro a clase y rápidamente me dirijo a mi asiento en la esquina. Mery, Lola y Paula están de nuevo sentadas cruzando el pasillo. La mirada de Mery está cavando en un lado de mi cabeza. Hago un gran esfuerzo para asegurarme de no mirarla.

    Hoy, estamos empezando un proyecto de pintura de color de agua. Genial, eso significa que tengo que salir de mi asiento e ir por los suministros. Cuando mi maestro da la indicación para empezar, no tengo más remedio que dirigirme hacia la parte delantera del salón. Puedo sentir a Mery caminar rápidamente en mis talones. Cuando llegamos a la zona de suministros, la oigo decir.

    —Fue un pequeño y agradable espectáculo el que hiciste ayer. ¿Cuánto le pagaste al tipo?

    —Nada —gimo, agarrando los pinceles.

    —Sí, claro —dice entre dientes—. ¿Cuál era su nombre otra vez?

    Suspirando, le digo.

    —Benja, su nombre es Benjamin Rojas.

    —Mhmm, apuesto a que no sabes nada más de él. Es difícil hacerlo cuando le estás pagando para que sea tu novio.

    Mi mirada se vuelve hacia ella.

    —No hubo dinero pasando por nuestras manos. De todos modos, no es mi novio.

    —Sí, su nombre probablemente ni siquiera es Benja —dice riendo.

    Enojada, me dirijo a ella.

    —Su nombre es Benjamin Rojas. Tiene 21 años y es de Texas. No necesito contestar ninguna de tus preguntas. No le pagué ni un maldito centavo. Así que mantén tus comentarios sarcásticos para ti misma.

    Mery levanta una ceja.

    —Bueno, bueno, bueno, alguien tiene agallas hoy. Fue un pequeño y bonito toque el de ayer cuando nos mostró el dedo.

    —Bueno, ¿no es ése el típico adiós que ustedes obtienen? —espeto con dureza.

    Ahora, se burla.

    —Cuando nunca lo veamos de nuevo, porque todas sabemos que le pagaste, sólo probará que tengo razón.

    Agarro el resto de los suministros y murmuro.

    —Lo que sea Mery .

    —¿Hay algún problema aquí? —pregunta nuestro profesor de arte.

    —No. —Se ríe Mery , moviendo las pestañas.

    Él se vuelve hacia mí.

    —Cami, ¿todo está bien?

    —Sí —le respondo, girando y caminando de regreso a mi asiento.

    Al menos Mery me ignora el resto de la clase. Pintar aleja un poco de mi molestia. Cuando la clase termina, rápidamente me dirijo fuera. Casi corro a mi casillero. La puerta de mi casillero se pega y maldigo en voz baja. De repente, aparece una mano y tira de ella abriéndola por mí. Mi cabeza se voltea para ver a Feli.

    —Gracias —chillo.

    —Estos casilleros son demasiado viejos para ser usados —responde.

    —Sí —digo, sólo mirándolo.

    Feli vuelve a su casillero y empieza a meter sus libros. Rápidamente hago lo mismo. Él cierra su puerta de un golpe y se limita a asentir hacia mí. Ni siquiera puedo moverme. Pasa junto a mí, y puedo oler su colonia. Feli huele tan bien.

    De repente, veo a Mery venir por el pasillo. Rápidamente tomo mi libro de ciencia, la mochila y camino por el pasillo. Casi tropezando con mis pasos. Cuando llego a la acera, camino tan rápidamente como puedo fuera de la escuela. Me parece oír mi nombre, pero yo, por supuesto, lo ignoro. Lo oigo de nuevo, y camino más rápido. De repente, tiran de mi brazo y me veo obligada a detenerme. Dándome la vuelta, estoy a punto de gritarle a Mery , pero en lugar de eso chillo.

    Benja suspira profundamente.

    —¿Estás sorda, o ignorándome?

    —Pensé que eras Mery —le respondo.

    —¿Sueno como una chica? —dice jadeando.

    Sacudo la cabeza.

    —No, ni siquiera registré quién me estaba llamando. ¿Qué estás haciendo aquí?

    —Pensaba que te podría llevar a casa —dice, sonriendo.

    Lo miro un poco estupefacta.

    —¿Por qué demonios querrías hacer eso?

    —Bueno, por esa razón… —Se vuelve y apunta a la acera. Mery está de pie allí con sus dos secuaces. Benja las saluda. La conmocionada expresión facial de Mery no cambia. Volviéndose de nuevo hacia mí, dice—. Quiero ayudarte.

    —¿Ayudarme a hacer qué? —pregunto.

    —A tener más confianza —responde—. No pareces estar dándote el crédito suficiente, de todos modos, esto realmente debe hervir la sangre de esa chica.

    Eso me hace reír.

    —Si me haces un favor, te prometo que seré tu esclava y limpiaré tu casa.

    —No querrás prometerme eso. Soy un tipo soltero. Mi apartamento es atroz, pero te haré el favor. ¿Qué es? —pregunta.

    Empujo la cabeza en dirección a Mery .

    —Ve y dile que no te pagué, por favor.

    Con una mirada horrorizada en su rostro, Benja grita.

    —¿¡Piensa que me pagaste por lo de ayer!?

    —Shhhh —lo callo—. No grites eso.

    —Vamos —dice, agarrando mi mano. Benja me arrastra de nuevo por la acera hacia Mery —. ¿Cuál es tu problema? —espera.

    Los ojos de Mery se agrandan.

    —¿Qué?

    Benja pone una de esas sonrisas asesinas.

    —Ella no me pagó.

    Con sus cejas elevándose, ella responde.

    —¿Por lo menos la conoces?

    —Sí, sé dónde vive, ¿tú lo sabes?

    —No —se burla Mery —. ¿Por qué habría de importarme?

    Cruzando sus brazos, Benja dice:

    —Eso es lo que sigo preguntando. Nos conocemos. Como dije, sigo invitándola a salir, pero ella dice que no.

    —¿Por qué? —Lola finalmente suelta, mirándome—. Es hermoso.

    Eso hace que Benja mueva las cejas.

    —Gracias.

    Lola le sonríe, tratando de ser seductora. Quiero darle un puñetazo en la cara. No tanto como a Mery , pero sin embargo lo deseo. Siento el brazo de Benja envolverse a mi alrededor. Mery mueve los hombros un poco.

    —¿De dónde eres? —pregunta.

    —Texas —responde.

    —¿Cuántos años tienes?

    Poniendo los ojos en blanco, él suspira.

    —21.

    —¿Cuántos años tiene ella?

    —18 —replica—. Ésas son suficientes preguntas. Nos vamos ahora. Señoritas que tengan un maravilloso día. —Benja agarra mi mano y caminamos hacia su motocicleta, que está en la calle. Cuando estamos lo suficientemente lejos, dice—: Esas chicas son realmente molestas.

    —Dímelo a mí —suspiro—. Muchas gracias por defenderme de nuevo allí, pero no tienes que hacer esto.

    Benja me sonríe.

    —Recuerda, dijiste que limpiarías mi apartamento.

    Me eché a reír.

    —Dije eso, ¿no? Bien, supongo que tengo que limpiar tu lugar.

    —No hoy, sin embargo —se ríe Benja. Me pasa su casco—. Súbete.

    —¿No crees que deberías estar usando uno de estos? —le pregunto.

    Se encoge los hombros y dice.

    —Sí, hay uno en mi casa. Podemos detenernos y recogerlo. Por supuesto, no creo que debas ir con algún tipo extraño a su apartamento.

    —¿Vas a matarme, ponerme en una bolsa de basura y tirarme en el basurero?

    Chasquea los dedos.

    —Mi plan se frustró una vez más. Súbete, puedes esperar afuera.

    Con una sonrisa, meto mi libro en mi mochila y me subo. Él da la vuelta y toma velocidad alejándose por la calle. Espero que sea un buen conductor. Cuando empezamos a mantener una velocidad normal, me siento más derecha y descanso mis manos sobre sus lados. Esto es realmente divertido. Nos abrimos paso por las tranquilas calles y luego se detiene en una vieja casa de ladrillo. Cuando aparca la motocicleta, me bajo.

    —¿Vives aquí? —le pregunto.

    Asiente.

    —Síp, en la planta superior. Una anciana vive abajo. La ayudo con cosas y me sale más barato el alquiler.

    —¿Qué haces?

    —¿Qué quieres decir? —pregunta.

    Agitando la mano, le digo.

    —De trabajo, ¿qué haces?

    —Trabajo en motocicletas, en Rick’s —responde—. No es a tiempo completo, pero paga lo suficiente.

    Asiento.

    —Genial.

    —¿Vas a esperar aquí? —pregunta.

    Mis ojos se amplían.

    —¿Me estás invitando a entrar?

    Riendo, sacude la cabeza.

    —Bueno, no me importaría, pero para tranquilizarte, puedes quedarte aquí.

    —Está bien —digo torpemente entre dientes.

    Salta de la motocicleta, y se acerca a las escaleras que conducen arriba. Dándose la vuelta, grita.

    —No vayas a ninguna parte.

    —No estaba pensando hacerlo —le grito en respuesta. Esto es extraño. Debería encontrar esto raro. Debería encontrarlo raro, pero es muy agradable. Por supuesto, no sé nada de él. Podría ser una malvada y peligrosa amenaza para la sociedad. Pensándolo bien, un chico malo suena divertido.

    Cambio de peso en mis pies y miro alrededor del vecindario. Es agradable, tranquilo. Una chica que conocí en la escuela primaria vivía cerca de aquí, una de las últimas amigas que tuve. Se fue en la secundaria. Tengo unas pocas personas en la escuela a las que considero mis amigos, pero me lo guardo en su mayor parte. Mi mamá es un gran obstáculo. Se agrega a mis rarezas y tenemos un problema.

    —Oye —oigo un grito a mi lado. Salto y veo a Benja.

    —¡Me asustaste completamente! —le grito.

    Él sólo se ríe.

    —¡Increíble! —Poniéndose el otro casco, dice—. ¿A dónde quieres ir?

    —¿Por qué haces esto? —le pregunto vacilante.

    Benja se detiene e inclina la cabeza.

    —¿Qué quieres decir?

    —Quiero decir… mírate y luego da una buena mirada hacia mí. Los tipos como tú, no salen con chicas como yo.

    Poniendo los ojos en blanco, gime.

    —Súbete a la motocicleta. Quiero llevarte a un lugar.

    —No me respondiste —afirmo, poniéndome el casco.

    —Responderé a tu pregunta cuando lleguemos a donde vamos — contesta subiéndose a la motocicleta. Se da la vuelta y le da palmaditas al asiento en la parte posterior—. Vamos.

    En contra de mi mejor juicio, me subo a la motocicleta.

    —¿A dónde vamos?

    —Ya verás —dice, mientras acelera el motor. Arrancamos rápidamente, y chillo un poco.

    Veo como nos dirigimos hacia una de las antiguas carreteras. Benja gira a la izquierda por un camino de tierra, y ahora estamos en medio de la nada. Genial, moriré. Acabo de subirme a una motocicleta, con un extraño, y ahora estoy en el bosque. Voy a morir. Con suerte, será rápido.

    Llegamos a un camino sin salida, y Benja detiene la motocicleta.

    —Tenemos que caminar el resto del camino —se da la vuelta y digo.

    —¿Estos serán mis últimos pasos? Quiero decir, ¿tienes un hacha escondida en el bosque en algún lugar?

    Eso hace que se eche a reír.

    —Escucha, no planeo lastimarte. Si te sientes incómoda, puedo llevarte a casa.

    Sacudiendo la cabeza, digo.

    —No, no, estoy bien. Sigamos.

    Pone la motocicleta sobre su pata de soporte y pone el casco en el asiento.

    —Con cuidado, coloca el casco en el suelo y ven conmigo.

    —Está bien —le respondo. Pongo el casco con cuidado en el suelo y camino hacia él. Me anima con su cabeza. Estúpidamente empiezo a seguirlo por un camino. Caminamos en silencio por un tiempo—. ¿A dónde vamos?

    —Eres impaciente, ¿cierto? —se ríe—. Casi estamos allí.

    De repente, el camino conduce a un pequeño claro. El río corre directamente a través de él. Es precioso, y lo digo.

    —Este lugar es hermoso.

    —Eso pensé —responde—. Cuando estoy aburrido, manejo al azar por las carreteras. Te sorprenderías de lo que te encuentras.

    —Esto es genial —afirmo. Benja se acerca y se sienta en la hierba—. ¿Por qué me trajiste aquí?

    Encogiéndose de hombros, dice.

    —¿Por qué no?

    Me acerco y me siento frente a él. Me quito mi mochila, dejándola en mi regazo.

    —Me siento como si estuviera en una película o algo así.

    —¿Por qué dices eso?

    Lo miro un minuto.

    —¿En serio? ¿Me estás preguntando eso? —Sólo me mira con una sonrisa perfecta—. Dijiste que responderías a mi pregunta.

    —Sí, lo hice, ¿cierto? Quieres saber lo que estoy haciendo.

    —Sí, eso estaría bien —le respondo.

    Con sus bonitos ojos azules, me mira.

    —Me recuerdas a alguien de quien era realmente cercano, y quiero ayudarte.

    —Creo que estoy más allá de la ayuda —afirmo.

    —¿Cuál es el problema contigo misma? Pareces una gran persona.

    Gimiendo, digo.

    —Tengo problemas más complicados que las personas normales.

    —Déjame ayudarte con eso —replica Benja.

    Mis ojos casi ruedan en la parte posterior de mi cabeza.

    —¿Cómo me ayudarás?

    —¿Cómo quieres que sea tu vida? —pregunta.

    Eso me hace pensar por un minuto. Suspiro.

    —Me gustaría tener más amigos. Deseo al menos lucir como una chica normal. Hay muchas cosas que deseo.

    —Bueno, con todas esas cosas te puedo ayudar.

    Mirándolo, le pregunto.

    —¿Cómo?

    —Sólo tendrás que confiar en mí, ¿de acuerdo? —responde Benja, con una gran sonrisa.

    —¿Por qué habría de hacerlo? —pregunto.

    —¿Qué podrías perder? —replica.

    Con un poco de ceño fruncido, digo.

    —Nada, en realidad.

    —Bien, empezaremos ahora mismo. Háblame de ti.

    ¿Qué digo a eso?

    —Me guardo las cosas para mí. Tengo una vida de mierda en casa, de la que no voy a entrar en detalles.

    —¿Qué te gusta hacer?

    —Dibujar, soy una aspirante a ser artista, supongo que se podría decir eso —susurro. Apartando mi mochila de un tirón, se levanta. Lo sigo rápidamente.

    Se sale del camino y abre mi mochila.

    —¡Ajá! Tal como lo sospechaba, un libro de dibujo.

    —Dámelo —grito—. ¡Por favor! ¡Nadie nunca ha mirado eso!

    Volviéndose de nuevo hacia mí, dice.

    —¿Nunca le has mostrado a nadie tu trabajo?

    —No —le digo, agarrando mi mochila—. El único arte que alguien ha visto es en clase, lo que diría que es mi respiro de la escuela, pero Mery también está en la clase. Ella presta más atención en hacer de mi vida un infierno, que a la clase.

    —¿A qué hora es? —me pregunta.

    Tomo una respiración profunda.

    —En el último período, que es donde comienzan mis excelentes tardes.

    Benja me mira.

    —Haces que suene como que tu vida apesta.

    —Así es. Realmente apesta —me quejo, dejándome caer de nuevo en el suelo—. No tienes idea.

    —Te daré este consejo. Aprecia la vida, sólo tienes una.

    Mirándolo.

    —¿Puedo tener la de alguien más?

    Resopla.

    —Me aseguraré de que quieras la tuya.

    —Soy tan ridículamente patética —suspiro—. Ni siquiera puedo hablar con los chicos. Por supuesto, nunca he tratado.

    —¿Por qué no?

    Ahora, tiene que ser estúpido.

    —Soy horrible.

    —No creo que te veas horrible —responde Benja, volviendo a sentarse delante de mí.

    —Entonces no deberías llevarnos a ningún lugar, porque estás ciego.

    Benja se cae de la risa. Se acuesta y pone sus brazos detrás de su cabeza.

    —La belleza está en el ojo del que mira, y lo que necesitas es darte más crédito. Si quieres ser diferente, entonces haz algunos cambios.

    —Ésa es la cosa —suspiro—. No tengo ni idea de qué hacer. No podría decirte cómo peinar mi cabello, o cómo vestirme. ¿Ves lo que estoy usando?

    —Sí —dice Benja—. Creo que tienes tu propio sentido del estilo.

    —Sí, si te gusta la gente que se viste a ciegas en la oscuridad.

    Mirando hacia el cielo, Benja suspira.

    —Serás mucho trabajo.

    —No necesito ser tu caso de caridad —espero.

    —No quise decirlo de esa manera, cálmate. Quiero decir, impulsar tu autoestima. Tienes que ver lo que yo veo.

    Cruzando los brazos, pregunto sarcásticamente.

    —¿Y qué es lo que ves?

    —A esta gran chica que parece ser una buena persona. No creo que necesites hacer algo contigo misma, pero si quieres, te ayudaré.

    —Está bien —refunfuño—. No puedo creer que esté haciendo esto. — Hay una pausa mientras miramos a lo lejos—. Sinceramente, lo único que quiero por encima de todo, es dejar de ser molestada. Siempre pensé que si alejaba todas las cosas malas, ellos sólo me dejarían en paz.

    Benja se sienta y me mira.

    —Te prometo que Mery nunca más se meterá contigo cuando yo haya terminado.

    —¿Cómo garantizarás eso? —le pregunto.

    —Sólo confía en mí. De todos modos, oí un gran consejo una vez. La secundaria apesta. Es difícil. Sin embargo, son sólo cinco años de tu vida. Cuando eres adolescente eso es mucho, pero cuando te gradúes y ya no estés en la secundaria, rara vez tendrás que ver esas personas alguna vez. Puedes hacer lo que quieras. Puedes mudarte a otro lugar. Son cinco años, sólo cinco. Una vez que terminan, un nuevo mundo se abre y no tienes que recordar ni pensar en la secundaria si no quieres.

    Tratando de no sonreír, digo.

    —Sólo un año más, acabo de cumplir 18. Por lo tanto, creo que no tendré que esperar tanto.

    —¿Cuándo fue tu cumpleaños?

    —No el sábado pasado, sino el de antes de ése —suspiro—. Odio mi cumpleaños sin embargo.

    Con una inclinación de cabeza, Benja pregunta.

    —¿Por qué?

    —No he hecho nada para mi cumpleaños desde que tenía 8 años. Mi mamá a veces lo recuerda, pero en su mayor parte lo olvida, o no le importa. Así que, este año, ni una sola persona siquiera recordó mi cumpleaños, a excepción de mi profesor de arte. Él me dio un nuevo conjunto de lápices de carbón, unos muy bonitos.

    —Bueno, entonces, tenemos que seguir —grita Benja alegremente, mientras se levanta.

    Extiende su mano y me agarra. Me levanto y pregunto.

    —¿A dónde vamos ahora?

    —Vamos a celebrar tu cumpleaños.
     
    Top
    .
  7. Lola19
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Me encanta esta historia !!!!!!! Síguela pronto !!!;)
     
    Top
    .
  8. yisette
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    me encanta muy buen capitulo, pero aquien le hara recorda Benjamin, camila y por que quiere ayudarla estoy muy inrigada, espero pronto el siguiente capitulo...
     
    Top
    .
  9.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Las Abuel@s te invitan a casa

    Group
    Abuela Escritora
    Posts
    162
    Escobas
    +6

    Status
    Me encanto , siguela pronto :D
     
    Top
    .
  10. Carcis~RW
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Siguela pronto ! Me encanta, quiero saber porque Benja tiene interes en ayudarla y tampoco le pregunto como sabia en que colegio estudiaba...ya que se aparecio en la puerta de la nada..
     
    Top
    .
  11.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Te tomas una tacita de café con las Abuel@s

    Group
    Abuela Escritora
    Posts
    451
    Escobas
    +36
    Location
    Argentina, Santa Fe

    Status
    Capitulo 3

    Empiezo a mover la cabeza, y sigo.

    —No, no, no, ¡eso no es por lo que te lo dije!

    —Lo sé, pero tengo hambre e iremos para tener una cena de cumpleaños. Todo el mundo necesita algún tipo de pastel para su cumpleaños. Nunca cocinaría para ti porque no puedo cocinar ni para salvar mi vida, pero el restaurante tendrá pastel. Vamos, será divertido — dice Benja, con su grande y hermosa sonrisa.

    —Bueno, está bien —respondo—. Puedo pagar por mí, sin embargo.

    Benja se burla.

    —¿Quién paga por su propia cena de cumpleaños?

    —Me acabas de conocer, ¡no tienes que hacerlo!

    Mirándome con una mirada muy seria, Benja dice en voz baja.

    —Déjame hacer esto.

    La mirada en sus ojos me dice que no discuta.

    —Está bien —susurro. Toma mi mano y me empuja hacia el camino.

    Cuando llegamos a la motocicleta, dice.

    —¿Conducirías?

    Jadeante, digo.

    —¡No! ¡Ni siquiera tengo mi licencia de conducir! ¡No puedo conducir una motocicleta!

    —¿Por qué no tienes licencia de conducir?

    Mi mirada se dispara hacia la distancia.

    —Mi mamá nunca me dejó conseguirla. He estudiado y memorizado el manual, así que en cuanto me gradúe y consiga un verdadero trabajo. Conseguiré una.

    —¿Por qué no tienes trabajo en este momento? Podrías trabajar de noche o los fines de semana —señala Benja, mientras se coloca el casco.

    Tomando una respiración profunda, respondo.

    —Mi mamá necesita mucha ayuda, y es más o menos mi responsabilidad cuidar de ella.

    —¿Está enferma? —pregunta, vacilante.

    Resoplando, replico.

    —Se podría decir eso. Realmente no hablo de mi vida en casa con nadie, sin ofender.

    —No me ofendo, te conseguiré tu licencia antes de que terminemos, también. La necesitarás.

    —No tienes un auto en el cual enseñarme —le señalo.

    Poniendo una gran sonrisa en su rostro, Benja dice.

    —¿Quién dice que no tengo auto?

    —No lo sé. No vi uno en tu casa. Por supuesto, no estaba realmente buscando uno.

    —Está en el taller en este momento. Arreglando algunos problemas de funcionamiento. Ahora, súbete a la motocicleta. Tengo mucha hambre.

    Me pongo el casco, la mochila y subo en la parte trasera.

    —¿A dónde vamos?

    —¿Hay algo especial que quieras? —pregunta.

    —No, quizás un lugar que no sea tan popular. Me gustan los restaurantes más tranquilos.

    Encendiendo la motocicleta, Benja asiente.

    —Me parece bien.

    Conducimos por la ciudad, serpenteando a través de las calles. Estoy empezando a pensar que no tiene idea de a dónde vamos. Finalmente, nos detenemos en un pequeño edificio.

    —¿Qué es este lugar?

    —Es un pequeño restaurante mexicano. Tienen los mejores burritos. ¡Cómo del tamaño de tu cabeza!

    —Oh, bien —me río. Caminamos dentro y el olor de la buena comida inmediatamente me golpea. Hace que mi estómago gruña. Mamá puede alimentarse sola esta noche. Esto va a ser grandioso.

    Benja se desliza dentro de una de las cabinas y me siento frente a él. Una camarera aparece.

    —¿Qué puedo traerles de beber?

    —Una cerveza, por favor —dice Benja, entregándole su documento de identidad.

    —Cualquier soda de dieta está bien para mí —agrego.

    La camarera asiente y se va. Benja me mira.

    —Así que, mañana es viernes y tengo que trabajar todo el día, pero el sábado y el domingo, estoy libre. ¿Podemos empezar entonces?

    —Claro —le respondo—. No me gusta estar en casa los fines de semana de todos modos.

    —Tengo grandes planes para ti, jovencita. Aunque tenemos que empezar lentamente. Si lo hacemos todo a la vez, será uno de esos clichés que transforman las cosas. Oh, mira, ella se operó todo y ahora es una nueva persona. Haremos las cosas con lentitud, de modo que no seas un blanco fácil para esa chica.

    Riendo, le digo.

    —Has estado pensando en esto, ¿no es así?

    —Pensé mucho en ello anoche —responde Benja, casi en voz baja. Rápidamente cambia de tema—. ¿Qué tipo de ropa te gustaría usar?

    —Ése es el punto. ¡No lo sé! No quiero ser extravagante ni nada.

    Con un suspiro de exasperación, Benja gime con sarcasmo.

    —Bien, sin vestidos ajustados de cuero.

    Eso me hace reír.

    —No, lo siento, sin nada de ropa ajustada.

    —Es una pena, la ropa ajustada es sexy. —Benja menea las cejas.

    —No creo que pueda ser sexy, pero algo normal es suficiente. Quiero ser normal.

    Benja me guiña un ojo.

    —Te verás muy sexy. Confía en mí.

    Ahora, mi cara tiene que haberse puesto roja.

    —Lo dudo.

    De repente, la camarera se acerca. Deja la cerveza de Benja y mi bebida.

    —¿Qué les sirvo?

    —Oh —replico—. Ni siquiera he visto el menú.

    —Está bien —exclama Benja—. ¿Comes carne? —nege. Se vuelve hacia la camarera— Ok sos vegetariana—asiento—. Denos dos números tres.

    La camarera sonríe y dice.

    —Pediré la orden.

    Inclinándome, pregunto.

    —¿Qué nos acabas de pedir?

    —¡Te va a encantar! Confía en mí. Entonces, háblame de ti. No me tienes que mostrar tu arte, pero tiene que haber otras cosas.

    Me muerdo el labio. ¿Realmente haré esto? Nunca lo he hecho antes. Tomando una respiración profunda, meto la mano en mi mochila y saco mi cuaderno de bocetos. Los pongo encima de la mesa.

    —Puedes verlos.

    —¿En serio?

    Cierro los ojos y digo.

    —Tómalo antes de que me acobarde.

    Arrebata el libro de mi mano. Benja lo pone encima de la mesa y abre la cubierta. Creo que vomitaré sobre la mesa, mi estómago está hecho nudos.

    —Cami —susurra—. Estos son increíbles.

    —¿En serio? —pregunto vacilante—. ¿No sólo lo estás diciendo?

    —¡No! —exclama en voz baja—. Tienes que ir a una escuela de arte. Son increíbles. Mira los detalles. Capturas a las personas. Quiero decir, es como si los vieras, sus personalidades. —Lo veo pasar lentamente las páginas—. Bien, ¡ahora este es el mejor!

    Me echo a reír.

    —Sí, estaba un poco agitada.

    —Pero hiciste la guillotina perfectamente —se ríe Benja—. La expresión en la cara de Mery es también bastante exacta. —De repente, voltea la última página. ¡Oh no! Salto sobre la mesa y cierro el libro. Benja sólo se ríe. Da un tirón al libro desde debajo de mis manos.

    —Ahora, ahora, ahora, tienes que dejar que me vea a mí mismo.

    —No, por favor, apenas lo hice anoche. Por favor, oh, esto es tan vergonzoso.

    Abre el libro de nuevo y mira mi bosquejo de él.

    —Me haces ver mucho mejor de lo que realmente soy.

    —Benja, eres hermoso. No actúes como si no lo supieras —espeto alegremente.

    Como única respuesta a lo que dije levanta las cejas.

    —¿Puedo quedarme con éste?

    —¿Qué? ¿Por qué querrías eso?

    —Porque tú lo dibujaste, y es genial —responde Benja.

    ¿Realmente lo quiere?

    —Claro, puedes quedártelo.

    —¿Estás segura? Siempre puedes enmarcarlo y ponerlo en tu habitación y contemplarlo todas las noches cuando te vayas a dormir. — Estallo en risas. Él tiene una sorprendida expresión en su rostro—. No es divertido.

    —Oh, pobrecito, apuesto a que ya tienes chicas suspirando por ti. No necesitas otra.

    Dándome una sonrisa torcida, Benja dice.

    —Nunca puedes tener demasiadas fanáticas.

    —Oh, Dios —gimo, mirando hacia otro lado.

    De repente, se abre la puerta. Me doy la vuelta para mirar. Mi corazón se cae. Rápidamente me doy la vuelta y miro por la ventana. En serio, ¿por qué siempre me pasa esto a mí? Puedo ver a Benja mirándome. Mira a la gente que acaba de entrar y luego a mí.

    —¿No es ese el chico de ayer? —pregunta.

    —Sí —siseo en voz baja—. Su nombre es Felipe Colombo.

    —¿Por qué estamos susurrando? —pregunta Benja, inclinándose hacia adelante.

    —Porque —le respondo con dureza—. No quiero que se dé cuenta de que estoy aquí.

    Benja tiene una mirada atónita en su rostro. De repente, sus ojos se centran en mí.

    —Te gusta, ¿verdad?

    —¡Cállate! —exclamo. Bueno, eso puede haber sido demasiado fuerte, porque Feli nos mira. Oh, voy a morir ahora.

    Tratando de no reír, Benja dice en voz baja.

    —Sólo actúa normal, o harás que sea muy evidente.

    —Eso es más fácil decirlo que hacerlo —replico—. No puedo funcionar cuando está alrededor.

    Levantándose, Benja se desliza en la cabina al lado mío. Me muevo.

    —Aquí, de esta forma ni siquiera tendrás que verlo.

    —Gracias —suspiro.

    —¿Por qué no hablas con él? —pregunta Benja.

    Con un gemido, contesto.

    —Lo he hecho. Él no suele responder.

    —Bueno, eso es algo estúpido para hacer, ¿y te gusta este tipo?

    Puedo sentir el calor subir a mi cara.

    —Sí, no me preguntes por qué, pero lo hago.

    —Tenemos una nueva meta, entonces. —Benja sonríe. Se inclina hacia atrás y pone su brazo alrededor de mí.

    —¿Qué estás haciendo?

    Benja sonríe.

    —Haciendo que se fije en ti.

    —No quiero eso —me quejo.

    Inclinándose dice.

    —Sí, lo quieres. Confía en mí en esto. —En contra de mi mejor juicio, dejo que mis ojos deambulen sobre Feli. Está mirando hacia nosotros.

    Rápidamente miro hacia otro lado.

    —Tienes que relajarte. —Benja se ríe.

    —¡Cállate! —Benja se acerca a la mesa y agarra mi cuaderno de bocetos—. Por favor, deja eso —le espeto.

    —¿En serio? ¿Los verá a través de todo el restaurante? R-E-L-Á-J-A-T-E. —Abre el bloc de dibujos al principio—. Eres genial con los retratos. Me gustaría tener tu talento. No tengo ningún talento artístico. Puedo desmantelar una motocicleta y juntarla de nuevo, pero no puedo dibujar una persona de palo.

    Desviándome, digo.

    —No es tan difícil para mí. Empecé a dibujar cuando era más joven para escapar de mi vida. Ya sabes, haciendo mundos a donde las cosas estaban bien. Mi maestro en la secundaria vio que tenía talento. Iba donde él después de la escuela y me ayudaba, y me daba consejos.

    —Tienes que ir a una escuela de arte —me insta Benja—. En serio, podrías obtener una beca.

    —Eso es lo que mi actual profesor de arte sigue diciendo —suspiro—. Incluso me dio las solicitudes, pero no puedo pensar en la universidad.

    Sacudiendo la cabeza, Benja pregunta.

    —¿Por qué?

    —Mi vida no me conduce a la universidad. Planeo ir, pero no ahora.

    Con sus ojos mirando directamente hacia mí, Benja dice.

    —No dejes que nada se interponga en tu camino. Ve por ello. Sólo tienes una vida, necesitas vivirla.

    —Ése es un tema particular para ti, ¿no? —le pregunto.

    La camarera aparece de repente, y Benja parece ignorarme.

    —¡Esto es genial! —grita.

    Miro mi plato y luego a él.

    —Benja, podríamos haber compartido un plato.

    —Habla por ti —dice, agarrando sus cubiertos—. Puedo comer todo esto fácilmente.

    —Yo vomitaría —le respondo.

    —¿Necesitan algo más? —pregunta la camarera

    Benja sonríe.

    —It's your birthday. Please bring your cake.

    Sonriendo, la camarera asiente y se aleja. Miro a Benja.

    —¿Qué dijiste?

    —Nada —responde, tomando un bocado de comida.

    —No sabía que hablaras Ingles —le digo, mientras desenvuelvo mis cubiertos.

    Con un bufido, Benja se ríe.

    —No sabemos mucho acerca del otro todavía.

    —Es cierto. —Como algo de mi comida—. Oh, Dios mío —exclamo—. Esto es tan bueno.

    —Te lo dije.

    Felizmente como mi comida. Esto es divertido. No he tenido diversión en un largo, largo tiempo, no con alguien más. Benja sigue mirándome por el rabillo del ojo. Finalmente, me río.

    —¿Qué?

    —Nada —replica—. Estoy contento de verte pasar un buen rato. Esto es por tu cumpleaños, después de todo.

    Poniendo mi tenedor en el plato, le digo.

    —Gracias, realmente aprecio esto.

    —Oh, podrías no apreciarlo en unos cinco segundos.

    —¿Qué, por qué? —espeto.

    De repente, hay una guitarra sonando y gente cantando. ¡NO! ¡NO! ¡NO! El grupo de empleados del restaurante viene y empieza a hacerme una serenata. Le pego a Benja tan duro como puedo en el brazo. Eso sólo lo envía a la histeria. Pongo mi cara en mis manos. Me quiero morir, por favor, sólo déjenme morir. Continúan por un tiempo, y entonces finalmente terminan. La camarera deja un gran pedazo de pastel en la mesa. Está iluminado sólo con una vela.

    —Pide un deseo —susurra Benja.

    Mis ojos van hacia Feli. Está aplaudiendo con todos los demás. Cerrando los ojos, apago la vela. Bien, quería celebrar mi cumpleaños, ¿verdad?

    Terminamos de comer, lo que implica que Benja se comió toda su comida, después algo de mi comida y luego alrededor del 99% del pastel.

    Lo miro.

    —¿Cómo demonios puedes comer todo eso, y no estar gordo?

    —Corro todas las noches —responde.

    —Creo que me caería de cara, si saliera a correr —afirmo como un hecho.

    Poniendo los ojos en blanco, Benja dice.

    —No lo creo. Vamos, deberíamos llevarte a casa.

    —Sí, en realidad tengo tarea que hacer.

    Con un gran suspiro Benja dice.

    —NO extraño la tarea.

    —Solo obtengo A y quiero seguir así —le respondo, mientras lo sigo fuera de la cabina.

    Benja se acerca, agarra mi mochila y el casco de la motocicleta.

    Desliza el casco en mi cabeza.

    —Bueno, entonces, vamos a llevarte a casa.

    Me río, y me pongo la mochila. Él toma su casco. Dejo que mi mirada deambule hacia Feli. Me ve mirándolo. Feli me da un pequeño saludo. Mientras mis ojos se vuelven enormes, Benja desliza la visera de mi casco. Torpemente le devuelvo el saludo. Para alejarme, Benja desliza su brazo alrededor de mí y me lleva afuera.

    Cuando salimos, deslizo la visera hacia arriba y exclamo.

    —¡Me saludó!

    —Sí —dice Benja, subiéndose en la motocicleta—. Realmente te prestó atención. Yuppii.

    —Hey —le espeto, subiéndome detrás de él—. Eso es mucho.

    Dándose la vuelta para mirarme, Benja dice.

    —Cuando tenga una conversación normal contigo, entonces puedes estar feliz.

    —Ahora, eso sería increíble —me río.

    Benja sólo pone los ojos en blanco.

    —Vamos a llevarte a casa.

    Se detiene en mi casa y veo el auto de mi mamá estacionado en la calzada. Salto y prácticamente grito.

    —Tienes que irte ahora.

    —De verdad te preocupa que te vea en la casa, ¿cierto?

    —Nadie debe ver mi vida en casa —respondo—. No quiero que vean mi vida en casa.

    Sentándose más derecho, Benja dice.

    —No me va a asustar.

    —Por favor, sólo vete, antes de que esté en problemas. —Le entrego el casco.

    Benja levanta su mano.

    —Está bien por ahora. Te recogeré el sábado. Digamos al mediodía, ¿está bien?

    —Sí, suena bien —le respondo. Señalando a la casa, le digo—. Debería entrar.

    —Está bien, buenas noches chica. Nos vemos este fin de semana.

    —Suena bien —le digo, sonriendo.

    Me guiña un ojo y luego da la vuelta en su motocicleta, bajando por la calle. Lo veo irse. Ni siquiera pienso en mi madre cuando entro en la casa. Me voy directo a mi habitación. Empujo el casco en mi armario, sé que mi mamá no lo va a ver allí. Después de unos minutos, me arrastro abajo, esperando que los gritos comiencen.

    Encuentro a mi mamá en la cocina.

    —¿Dónde has estado? —pregunta, en voz baja.

    —Fui a cenar con un amigo —le respondo.

    Se da la vuelta y me mira con ojos tristes.

    —¿Un amigo? Eso es bueno.

    Oh chico, estamos lúcidas y tristes esta noche. Es en momentos como estos que me siento mal por ella. Me siento.

    —¿Estás bien mamá?

    —Sólo tengo una mala noche, me voy a la cama ahora. Te veré mañana.

    —Sí, tomaré el autobús e iré al supermercado después de la escuela.

    Me mira.

    —Está bien, gracias.

    —No hay problema —susurro, mientras se pone de pie para marcharse—. Que duermas bien.

    Mi mamá asiente. La veo irse y suspiro. Mi vida es un desastre
     
    Top
    .
  12. yisette
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    no se pero para mi a benja no le gustomucho el entusiasmo y enamoramiendo de cami hacia feli...
     
    Top
    .
  13. CB?
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Me gustaa la historia
    Muy interesante y divertida
    Benja un genio
     
    Top
    .
  14. Carcis~RW
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Para mi tampoco le gusto lo de Feli....

    Estoy re intrigada con Benja...espero el proximo
     
    Top
    .
  15.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Te tomas una tacita de café con las Abuel@s

    Group
    Abuela Escritora
    Posts
    451
    Escobas
    +36
    Location
    Argentina, Santa Fe

    Status
    Capitulo 4

    No puedo dejar de sonreír todo el día. Decir que estoy deseando que llegue el fin de semana es un eufemismo. Agarrando mis libros, me preparo para justo cuando acabe la clase de arte. Me toma un tiempo llegar al autobús, y luego a la tienda y de regreso a casa de nuevo. Cierro de golpe la puerta de mi casillero y salto un poco. Feli está de pie allí, mirándome.

    —Hola —digo lentamente.

    —Hola, tu nombre es Cami, ¿verdad?

    —Sí —le respondo en estado de shock.

    La comisura de su boca se retuerce.

    —Sólo pensé en desearte feliz cumpleaños.

    —Gracias.

    —Entonces, ese chico... —comienza.

    De repente, una voz grita.

    —¡Feli! —Cierro los ojos en señal de derrota. Mery se acerca y pone su mano en su hombro—. ¿Qué estás haciendo?

    Con una mirada perpleja, responde.

    —Hablando con ummm... Cami.

    Los ojos de Mery giran hacia mí. Para ahorrarme un poco de dignidad, murmuro—: Adiós. —Y me alejo. En serio, esa chica está crispando mi último nervio. Sólo tengo que superar la clase de arte.

    Terminaremos nuestros cuadros y luego estaré libre de mi prisión por un par de días.

    Para evitar otro encuentro con mi endemoniada torturadora, agarro mi pintura y suministros de arte antes de siquiera sentarme. Cuando llego a mi asiento, extiendo todo sobre la mesa. Mis ojos miran hacia abajo a mi pintura. Está bien, sólo una simple escena de un lago. Soy grandiosa dibujando, pero sólo medio buena en pintura.

    De repente, la sombra delatora pasa sobre mi escritorio de nuevo.

    —Entonces, Feli me dijo que era tu cumpleaños y que te cantaron anoche.

    —Sí —contesto, sin siquiera mirarla.

    Inclinándose hacia delante en el frente de la mesa, Mery se ríe.

    —Qué linda, ¿tienes cinco?

    —Todo eso lo hizo Benja. Fue su idea.

    Golpetea su barbilla y sigue—: Benja, Benja, Benja, oh, tu novio por pago.

    —Debo ser rica, porque paso muchas horas con él —replico, pintando una línea en la página.

    Suena la campana y el profesor me salva al comenzar la clase inmediatamente. Mery se ve obligada a sentarse. Bueno, al menos tengo un tiempo para terminar este proyecto.

    Después de que mi profesor deja de hablar, todo el mundo comienza a trabajar en sus pinturas también. Afortunadamente, Mery es una artista horrible y tiene mucho que terminar en la suya.

    Después de veinte minutos de clase, hay un golpe en la puerta. Cada uno por supuesto mira hacia arriba. El profesor se acerca a responderla. Hay un tipo parado en el pasillo. Cuando miro detenidamente, veo que es un hombre que sostiene un ramo de flores, rosas para ser exacta. Camina hacia delante y se las entrega a mi profesor. Mira la tarjeta.

    —Cami... ummm... tienes flores aquí para ti.

    Hay murmullos instantáneos en el aula. Oh no, Benja, te voy a matar. A regañadientes camino hasta el frente del salón. Mi profesor me las da, un poco con los ojos abiertos.

    —Gracias —le susurro.

    Mientras regreso a mi puesto, tengo que sonreír. Son unas hermosas rosas rojas y huelen fantástico. Tratando de no sonreír demasiado, me vuelvo a sentar. Hay una tarjeta y la saco. Juego con ella un tiempo. Cuando levanto la vista todo el mundo está mirándome. Extraño. Finalmente me aparto de todo el mundo y abro la tarjeta. Antes de que pueda leerla, es arrancada de mi mano.

    —¡Mery ! —grito—: ¡Devuélvemela!

    Pero es demasiado tarde, ya la abrió.

    —Cami —empieza con fuerza—. La pasé muy bien anoche y no puedo esperar para verte el sábado. Espero que esto ayude con la... guillotina. Guillotina... ¿Qué diablos es una guillotina?

    —Algo que de verdad necesitas verificar —grita alguien.

    Con una mirada de disgusto, me mira embobada. Agarro la parte posterior de la tarjeta y digo:

    —Me quedaré con esto, muchas gracias. —Mery sólo sigue mirándome—. ¿Qué? —suelto—. ¿Nunca te enviaron flores a la escuela antes?

    Paula y Lola empiezan a reír. Paula es la que dice—: No, no lo ha hecho. —Mery se da la vuelta y le da una mirada de muerte. Las otras dos chicas vuelven a sus proyectos.

    —Voy a resolver esto —dice furiosa Mery .

    —¿Qué hay que resolver? —Prácticamente grito—. ¿Quieres estás? Aquí las tienes, si eso te hará callar. —Empujo las flores hacia ella.

    Dándose la vuelta, responde:

    — Ni siquiera me gustan las rosas.

    —¡Claro! ¡Eso es! —grita un chico delante de mí. Me echo a reír con todos los demás.

    Para mi alivio, Mery me ignora después de clase. Mi cara se pone roja cuando todas las personas que paso se vuelven para mirarme y luego a las flores. Hablando acerca de tener todos los ojos en ti. Es como si tuviera un gran faro rojo en la cabeza. Decido ir a casa primero y dejar todo.

    La casa está vacía. Gracias a Dios por los pequeños favores. Pongo las flores en mi cama y me quedo allí por un minuto. Ni siquiera creo que tengamos un jarrón. Sí tenemos una jarra de cristal sin embargo. Voy abajo y la agarro, llenándola de agua. Con una llamarada artística, arreglo las flores. Nunca me han mandado flores antes. Esto es grandioso.

    Mi mente está aturdida por el resto de la noche. Sé que no me las envió por razones románticas, pero se siente muy bien. Cuando estoy allí mirando al techo, tengo una idea. Rodando sobre mi estómago, agarro mi cuaderno de dibujo. La escena viene a mi mente y empiezo a dibujar.

    A las 11:45 del día siguiente, estoy sentada junto a la ventana, mirando la calle. Tengo el casco listo en mi cama y mi mochila en mi espalda. Mi madre sigue durmiendo su previa borrachera, pero no quiero correr el riesgo de que me vea. De repente, oigo el acelerar de la moto. Cruzo mi habitación, tomo el casco y vuelo a la planta baja.

    Benja apenas se detiene antes de que corra a su lado.

    —Hola.

    Se quita su casco y se ríe.

    —¿Estamos ansiosos?

    —No, quiero irme antes de que mi madre se despierte —afirmo, apurándolo con mis manos.

    —Bien, bien —responde—, sube.

    Me pongo rápidamente el casco y subo a la parte posterior.

    —¿A dónde vamos? —grito.

    —Ya lo verás.

    Mientras conducimos ni siquiera puedo registrar a dónde vamos. Cuando por fin nos detenemos, abro mi visor.

    —Tienes que estar bromeando, ¿verdad?

    Riendo, Benja niega con su cabeza.

    —No, dijiste que confiarías en mí.

    Me bajo y me quito el casco.

    —Dije que iba a confiar en ti, ¡pero no tengo ni idea de qué hacer allí! Me corto en cabello en el centro comercial, como por veinte pesos.

    —Yo me encargo —dice, bajando de la moto—. Sé lo que estoy haciendo.

    —Eso espero —me quejo, mientras me empuja hacia adelante.

    Entramos en el salón y sé que estoy hasta el cuello. Allí hay una recepcionista emperifollada y su champú probablemente cuesta más que mi habitual corte de cabello completo.

    —Hola —dice Benja—. Estamos aquí para ver a Debbie.

    La recepcionista le da una sonrisa muy coqueta y mira hacia abajo.

    —Cami —dice ella, mirándome. Su ceja se levanta inmediatamente. Me mira y luego a Benja—. ¿Tu hermanita?

    Una mirada de asombro cruza mi cara.

    —No —afirma Benja—. Es mi muy cercana amiga, de todos modos, estamos aquí para ver a Debbie.

    —Sí —responde, mirándome—. Iré por ella de inmediato.

    Cuando se va, me dirijo a Benja y siseo—: ¡Mira! ¡Tengo eso todos los días! ¡Tenemos que irnos ya!

    —Relájate —enfatiza Benja, poniendo su brazo alrededor de mí—. Nadie te va a morder.

    —Sí, claro —murmuro, cruzando los brazos.

    De repente, esta perfecta belleza rubia viene alrededor de la esquina.

    —¡Benja! —grita. Me suelta, para ir a abrazarla. Ella le da un beso en la mejilla—. ¿Qué estás haciendo aquí?

    —Debbie, requiero un poco de tu experiencia. Esta es mi amiga Cami. Ella en cierto modo... bueno... necesita nuestra ayuda. —Benja hace gestos hacia mí.

    —Gracias Benja —chasqueo.

    Debbie me mira pensativa.

    —¿Qué es lo que quieres hacerte? —pregunta.

    —No tengo idea —respondo—. Esto es terriblemente embarazoso.

    —Tonterías —se ríe Debbie—. Me encanta dar cambios de imagen.

    La recepcionista salta.

    —Ella te tiene reservada durante cuatro horas.

    —¡Cuatro horas! —escupo—. ¡Benja!

    Comienza a retroceder hacia la puerta, con esa increíble sonrisa matadora.

    —Estarás bien.

    —¡Rata sucia! ¡Me dejarás aquí sola!

    —Debbie será buena contigo, te lo prometo. De todos modos, quiero que sea una sorpresa, como abrir un regalo de navidad. Mi tarjeta de crédito ya está registrada para eso, haz lo que quieras.

    Ahora, eso me pone loca.

    —Benja, no puedes pagar por esto. Sé serio.

    Mientras su trasero golpea la puerta, se detiene y dice—: No tengo novia, así que necesito a alguien en quien gastar el dinero que no sea yo. Esto me hace muy feliz, así que por favor disfrútalo. Explora, descubre quién quieres ser. No te puedo dar consejos sobre cabello, no puedo enseñarte a ponerte maquillaje, pero puedo llegar a las personas que hacen que eso suceda. Este es el comienzo de una nueva tú que pueda mostrar al mundo cuán maravillosa eres. Veo eso y quiero que todos los demás vean eso también.

    —Gracias Benja —suspiro con una sonrisa suave—. Esto significa todo para mí.

    —Bueno —dice riendo—, creo que esto te va a volver loca.

    Debbie responde—: Cuando haya terminado con ella, volverá locos a todos.

    Benja empuja la puerta abriéndola y me manda un beso. Tengo muchas ganas de levantarle al dedo del medio en este momento. Hace su salida y tengo que girar para mirar a Debbie.

    —Soy una chica muy torpe que no sabe nada de nada de esto, así que por favor sé amable.

    —Vamos —dice Debbie, animándome con su cabeza—. Empecemos a trabajar.

    La sigo de vuelta a su pequeña área. Le da palmaditas a la silla y me siento.

    Envolviendo la bata alrededor de mí, Debbie comienza a jugar con mi cabello.

    —Entonces, tienes que tener una idea de cómo quieres que se vea tu cabello.

    —Honestamente, no sé ni lo que se vería bien —contesto, un poco derrotada.

    —Regresaré —me dice Debbie, mientras se aleja.

    Mi corazón corre con la inquietud que estoy sintiendo. Ruego a Dios no conocer a nadie que entre mientras estoy haciendo esto. Debbie finalmente reaparece junto a mí. Tiene un par de libros.

    —¿Qué son esos? —le pregunto.

    —Elegirás un corte de cabello que te guste —responde. Debbie comienza a jugar con mi cabello otra vez—. Bueno, tus puntas están un poco quemadas, así que tendré que cortarlas un poco. ¿Quieres que tu cabello siga siendo hasta los hombros?

    Encogiéndome de hombros, le digo—: No lo sé. Realmente no me importa, siempre y cuando se vea bien al final.

    —Te verás más que bien —responde Debbie mientras sonríe ampliamente—. ¿Quieres un consejo?

    Casi sin aliento, exclamo—: ¡Sí, por favor!

    —Digo que lo lleves un poquito mas corto, no como chico, sino como aquí —dice llevando sus palmas al comienzo de mi cuello—. Después te lo pintaremos.

    —¿De qué color pintarás mi cabello? —pregunto vacilante.

    Debbie golpea su barbilla.

    —En realidad, creo que haremos unos reflejos claritos y oscuros. Darle un poco de contraste a ese cabello tuyo.

    —No tengo ni idea de lo que acabas de decir, pero confiaré en ti — suspiro—. No puede verse mucho peor de lo que ya se ve.

    Tomando un libro, Debbie comienza a hojear las páginas.

    —Tienes buen cabello. Sólo tienes que aprender cómo trabajarlo. La mayoría de las mujeres matarían por los rizos que tienes.

    —No me gusta que mi cabello sea rizado —replico malhumorada.

    Con una carcajada, Debbie dice—: Amarás tu cabello rizado una vez que sepas qué hacer con él.

    —Está bien —murmuro.

    —Aquí, éste es el corte de cabello que te haré. —Me entrega el libro.

    Miro la foto.

    —¿Harás que mi cabello se vea así?

    —Conseguiré que tu cabello se vea mejor que eso —susurra, inclinándose sobre mi hombro—. Confía en mí, señorita Cami, serás una nueva persona cuando haya terminado contigo.

    El tiempo pasa como un borrón mientras observo cómo le pone color a mi cabello.

    Me siento incómoda, pero me fascina al mismo tiempo. No puedo dejar de reír cuando me veo a mí misma en el espejo.

    —Luzco como si estuviera usando un sombrero de papel de aluminio para mantener a los alienígenas fuera de mi cabeza.

    —Sí —resopla Debbie—. Es un proceso de miedo a veces. ¿Quieres algo de beber?

    —¿Tienes agua? —le pregunto.

    Asintiendo, responde—: Así es. Estaré de vuelta.

    El salón está muy ocupado ahora. Medio miro lo que las demás se están haciendo en el espejo. Una parte de mí quiere que mi mamá esté aquí. Por supuesto, parte de mí quiere que mi mamá se preocupe por algo que tenga que ver conmigo.

    Finalmente, Debbie se acerca con una botella de agua.

    —Aquí tienes cariño.

    —Gracias. —Tomo un gran trago porque mi garganta está seca, probablemente, porque estoy muy nerviosa. Levantando la mirada hacia Debbie, digo—: ¿Puedo hacerte una pregunta?

    —Claro —responde, apoyada en el mostrador.

    Curiosa, pregunto—: ¿Cómo conoces a Benja?

    —Solíamos salir —responde, con una sonrisa suave.

    —Eso no me sorprende.

    Frunciendo el ceño, Debbie responde—: ¿Por qué dices eso?

    Muevo mi mano hacia ella.

    —Eres hermosa, él es hermoso. Como que van de la mano.

    —¿Por qué, estás interesada en él?

    Sacudiendo la cabeza, digo—: No, no, no, no le digas eso.

    —Es un tipo muy agradable —responde Debbie—, pero muy cerrado. En realidad no quiere hablar de su pasado en absoluto. Cuando empecé a presionar sobre el tema, rompió conmigo.

    Una oleada de sorpresa pasa a través de mí.

    —¿En serio?

    —Así es.

    —Sin embargo, sigues siendo amable con él —señalo.

    Ella asiente.

    —No estuvimos saliendo tanto tiempo, y quisimos ser amigos al final.

    —Está bien —digo en voz baja. Me pregunto lo que sucedió en su pasado que no puede ni hablar de él. Quiero decir, no lo conozco muy bien, pero aun así, me pregunto qué tipo de persona realmente es. Esa es una pregunta tonta, Cami. Es un gran chico, porque está haciendo todo esto por una chica que no conoce. Benja está haciendo esto por ti.
     
    Top
    .
578 replies since 5/7/2014, 20:42   17668 views
  Share  
.